Que un escolar maneje hoy en día la tecnología mejor que muchos adultos no es algo sorprendente. Las aulas evolucionan con los alumnos y alumnas que las llenan y, por tanto, cada vez están más digitalizadas. El Gobierno de Castilla-La Mancha puso en marcha el curso 2018-2019 el programa ‘Carmenta’, un proyecto de digitalización de las aulas que anima a pasar de los libros de texto a los libros digitales a través de la utilización de tablets. Este año se han unido 77 nuevos centros de la región de manera voluntaria. Casi 80 comunidades educativas implementarán avances tecnológicos en el próximo curso 2021-2022, entre ellas, el CEIP Claudio Sánchez Albornoz de Almansa.
Un tercio de los centros castellanomanchegos se han sumado ya a ‘Carmenta’, lo que supone un total de 270 colegios e institutos inmersos en el barco de lo digital. Sin embargo, no todos los padres y madres están de acuerdo con que sus hijos e hijas pasen más horas al día entre pantallas, en detrimento del tradicional papel: «Es como darle a un niño un Ferrari para que se estrelle», añade una madre que votó en contra del proyecto en el Claudio.
Y es que, después de que la iniciativa fuera aprobada en el colegio almanseño por el claustro y el Consejo Escolar del centro, se lanzó una encuesta de forma «excepcional» para que las familias expresaran su postura, tras haber recibido la oposición de algunas de ellas. Los resultados quedaron en 123 votos a favor y 55 en contra de sustituir los libros de texto por tabletas electrónicas en asignaturas troncales como Matemáticas, Lenguaje, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales, según ha podido saber La Tinta de Almansa. Por lo tanto, casi el 70% de las familias encuestadas emitieron su voto positivo.
El Claudio Sánchez Albornoz explicó en la página web del centro que ‘Carmenta’ comenzará a implantarse en los cursos de 3º y 5º de Primaria, extendiéndose a 4º y 6º en el periodo 2022-2023. Sobre este proyecto aseguraron que se trata de una «filosofía de trabajo» que permite la utilización de «un amplio abanico de recursos», hace el aprendizaje «más ameno» y fomenta «un cambio metodológico en el aula y fuera de ella».
¿Quién paga las tablets?
El centro señala que se ha buscado un «sistema económicamente sostenible, tanto para la Administración regional como para las familias». El proyecto ‘Carmenta’ se ha integrado en el sistema de ayudas para el uso de libros de materiales curriculares, de forma que el alumnado beneficiario de estas ayudas recibirá, en vez de los libros en préstamo, una tableta en préstamo. Esta incluirá los libros digitales que le correspondan según la ayuda concedida.
Sin embargo, dichos dispositivos serán sufragados por cada familia en caso de que su hijo o hija no haya sido becado. «El alumnado no beneficiario deberá aportar su propio soporte digital (tableta a ser posible), que deberá cumplir unas características similares a las tabletas adquiridas por el centro», ordenan las instrucciones emitidas por la Consejería. Desde el centro, insisten en que el programa ha sido debidamente valorado por su equipo y auguran muy buenos resultados. Además, remarcan que se necesita «preparar a la comunidad educativa de la mejor manera para posibles contingencias derivadas de la Covid-19».
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