Comenzamos la semana pasada con la triste noticia del fallecimiento de Pedro Cantos. Una persona muy querida por toda la vecindad, cuya carrera política tuvo una importancia incalculable para la confirmación de la democracia en nuestra ciudad. Un socialista con mayusculas que llevó su ideal a la práctica basándose en el respeto y en el amor por su querida Almansa.

En La Tinta de Almansa reflexionábamos pensando en cómo una figura política puede cosechar tanto cariño y amor entre sus conciudadanos. En estos tiempos de sobre-exposición pública en los que el odio se manifiesta con la misma facilidad que se desbloquea el teléfono móvil, es más difícil que nunca poder ser respetado por los vecinos y más aún desarrollando una faceta política.

Pensamos que la regla de tres es sencilla: si trabajas para tu gente, el respeto de la ciudadanía estará en tu favor. Esto sirve tanto para políticos, como para empresarios, trabajadores o vecindad en general: ¿Por qué defiendes a capa y espada a una persona que no has visto nunca, pero le deseas lo peor al vecino que ves todos los días en tu ciudad? Suena muy santurrón pero ¡qué bueno sería que devolviéramos bien por mal entre almanseños!

Y es que el respeto se gana con respeto. Nuestra patria, un vergel de ideologías, no debe perder otra vez el norte y su población debe tener siempre presente que la empatía, solidaridad y justicia nunca deben estar ensombrecidas por los ideales que cada uno pueda tener. 

Escuchémonos las unas a las otras, comprendamos la situación por la que pasa el de al lado y construyamos una Almansa justa basada en el respeto. Estos son los pilares sobre los que se levanta una gran ciudad, con diversidad cultural y política, pero que siempre rema en favor de sus vecinos y vecinas.

La buena convivencia debe ser condición sine qua non y no el conformarnos a co-existir entre almanseños. Conocernos todos a todos sirve para recordar con cariño al que se va y no para alegrarnos de su partida.

Para acabar retomamos la figura inicial de este editorial. Pedro Cantos luchó por los derechos de los trabajadores de su ciudad desde la juventud, defendiéndolos ante situaciones injustas, lo que le llevó a ser querido y conocido por su humilde forma de trabajar. Que su ejemplo sirva como inspiración para intentar ser recordados como él: con el cariño de nuestra gente, con el respeto de los vecinos y vecinas, con el amor de toda una ciudad.