Hoy es un día para protestar. Para denunciar que nos están asesinando, nos están maltratando, nos están violando. Un día para gritar: ¡basta ya!
Este año nos enfrentamos a un virus letal que nos arrebata a familiares y seres queridos. Pero no es el único: el virus social llamado violencia de género también es letal.
La pandemia ha sido utilizada para culparnos y desprestigiarnos con el objetivo de intentar acallar el enorme poder que tiene el movimiento feminista.
El confinamiento en esta situación de pandemia ha hecho que miles de mujeres convivan con sus agresores las 24 horas del día. Estos enemigos han ejercido el abuso y la violencia con mayor facilidad hacia nosotras.
Desde hace tiempo, las feministas ocupamos las calles y gritamos ante los asesinatos de nuestras hermanas. No dejaremos de hacerlo, a pesar de que partidos de ultraderecha, con su discurso machista, sexista y negacionista quieran quitar la importancia de nuestras denuncias de acoso y hostigamiento.
La violencia machista tiene muchas ramas: verbal, psicológica, física, económica, laboral, sexual… y todas ellas forman algo tan terrible como es la violencia de género. […] Hay que sumarse a la denuncia de la violencia estructural que sostiene el sistema patriarcal que vivimos y sufrimos mujeres y niñas.
El patriarcado tiene un cómplice: el capitalismo neoliberal. Este promueve la desigualdad y facilita la explotación sexual y reproductiva. El lobby prostitucional, integrado por puteros y proxenetas, instalado en ámbitos de poder, presiona para que la pornografía, la prostitución y los vientres de alquiler sean legalizados. Y así, normalizar la violencia, la trata y la esclavitud.
La violencia de género es global, no tiene fronteras, se da en todos los países sin distinciones.
700 millones de mujeres en el mundo se casaron antes de cumplir los 18 años.
140 millones han sido objeto de mutilación genital.
5.000 mujeres asesinadas cada año por «crímenes de honor» en India, Pakistán o Bangladesh.
21 millones son víctimas de la trata con fines de explotación sexual.
No hay perfil de víctima de violencia de género. El factor de riesgo es ser mujer. De ahí que las respuestas que necesitamos deben ser globales, integrales, sistemáticas y dirigidas directamente al centro del sistema patriarcal que degrada, discrimina y asesina a las mujeres por el mero hecho de serlo.
Fragmento del manifiesto de Almansa Feminista con motivo del 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
