Era mitad de tarde en Almansa, sobre las seis, cuando un gigante y espectacular arcoíris doble pintó el cielo con colores intensos y vivos. La ciudad estaba rodeada por todos los puntos cardinales de grandes cúmulos blancos y cuando el sol proyectó sus rayos sobre la suave lluvia que caía sobre el municipio, el firmamento almanseño se engalanó regalando fotografías para el recuerdo. Foto principal | Javier Pastor @javipastor94 en Twitter.
¿Por qué se producen los arcoíris?
Aunque a veces parezca increíble, los colores del arcoíris son los colores de la luz solar. El primero que descubrió este hecho fue Newton, con su teoría de los prismas. Cuando la luz solar traspasa un cuerpo transparente como el agua o un prisma, los rayos rebotan en su interior y salen del cuerpo divididos en los colores del arcoíris.
Además, para que en el cielo se forma la estructura de arco y no solo un reflejo multicolor, el sol debe incidir de forma directa y con un ángulo específico en las gotas. De la misma forma, el ambiente debe estar húmedo, cargado de pequeñas partículas de agua. Por esta razón, el arcoíris aparece siempre cuando nos encontramos en «el ojo de la tormenta» o cuando la lluvia amaina y todavía luce el Lorenzo.
¿Y los arcoíris dobles?
En este caso, el rayo solar penetra en la parte inferior de la gota de agua y llega hasta nuestra visión tras haber rebotado dos veces en la partícula de agua. Como el rayo ha rebotado en dos ocasiones, la luz se divide en dos direcciones distintas, produciendo así la visión del arcoíris doble. Uno de los dos arcos estará a más altura, puesto que el segundo rayo sale de la partícula con otra dirección, de la misma forma será menos visible, debido a que con cada rebote el rayo solar pierde intensidad.
Fotografías del arcoíris en Almansa
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