Por Pedro Fito. Esta es la historia de Pedro Felipe Ramírez López. Nacido en 1960 en Alía, Cáceres, pasó toda su juventud en este pequeño pueblo en el Sudeste de Extremadura, con la curiosidad de que podía llegar paseando a Almansa. Pero no a la nuestra, sino a la que hay en Extremadura.
La Almansa de Extremadura fue un complejo agrícola y ganadero y con plantaciones de tabaco, que nació con la idea de asentarse al lado de Alía y dar prosperidad en esta zona. Esto sucedió entre los años 50 y 60, fue también el lugar de entretenimiento de la chiquillería de entonces. El asentamiento duró poco más de una década.
Pedro conoció bien a esta Almansa extremeña y por avatares de la vida, a los 28 años emigró a tierras manchegas, concreta y curiosamente hasta aquí, a nuestra querida Almansa.
Empezó a trabajar en albañilería como encofrador, me recuerda su paso por Cortes de Pallás y ya establecido en Almansa trabajó en la construcción de la cárcel de Villena y la fábrica de vidrio de Caudete.
Hace muchos años que lo conozco, de cuando nuestros hijos eran pequeños. Hoy es algo cotidiano, verlo en la puerta de su trastero con una montera en la cabeza con los colores de España y su camiseta de Alía, me pareció algo pintoresco y fui conociéndolo mejor.
No pasarás por su puerta, lugar de tertulia con sus amigos y vecinos, sin que te ofrezca algo fresco, sobre todo en las tardes de calor del verano. A mí me picó la curiosidad por saber el origen de esta camiseta, yo conozco Alía y su cercanía con la Almansa extremeña. Así fue cómo empezó a contarme su historia y sus vivencias.
Dentro de su trastero te encuentras con varios recuerdos: un viejo laúd, su primera bicicleta, mapas de su tierra, de la Manchuela (que le encanta) y un cartel de futbol de un partido que enfrentó al Real Madrid contra el AP Almansa en 1988 como homenaje a Santiago Bernabéu entre otras muchas cosas.
Pedro Felipe Ramírez: una persona singular, amable, campechano y amigo de todos.
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