Marie Curie murió en 1934 siendo la científica más importante de Europa, pero tardó 60 años en ser sepultada en el Panteón con los «hombres ilustres». Tuvo que casarse con Pierre Curie para poder trabajar en un laboratorio profesional. Cuando descubrió el polonio, se vio obligada a firmar el artículo junto a su marido. Lo mismo pasó con el radio. Aunque fue la primera persona en obtener dos premios Nobel, solo fue invitada por el comité porque Pierre amenazó con rechazar el galardón si Marie no le acompañaba. Esta es tan solo una de las 70 biografías de mujeres que componen la muestra organizada por Almansa Feminista con motivo del Día de la Niña y la Mujer en la Ciencia.
La exposición ‘El Árbol de la Ciencia’ tendrá lugar en el hall de la segunda planta de Casa de la Cultura de Almansa, del 10 de febrero al 17 del mismo mes. «Desde hace tres años, Almansa Feminista ha querido contribuir al conocimiento de mujeres científicas que han contribuido de manera muy relevante al desarrollo de la ciencia en diversas ramas. Por eso, hoy, en esta Casa de la Cultura que tan amablemente nos ha acogido, traemos nuestra exposición para que las muchísimas mujeres, hombres y personas jóvenes que pasan por ella, vean las caras y los logros de algunas de esas mujeres», explicó Carmen Valmorisco, portavoz de la asociación, durante la inauguración de la muestra.
«Quisiéramos poner en valor hoy a algunas de las mujeres que están en esos paneles, para que sus nombres lleguen a muchos hombres y mujeres que no sólo desconocen su nombre, sino sus trabajos y descubrimientos que, en algunos casos, les costaron la vida y el desprecio de una sociedad que las veía (y que aún nos ve) como seres menos importantes», añadió. Posteriormente, se procedió a la lectura de algunas de las contribuciones de mujeres como Hipatia de Alejandría, Margarita Salas o Flora de Pablo. Así mismo, se reconoció la labor del técnico de Cultura, Manuel Martínez, por comisionar la exposición.
Antonia Millán, concejala de Empleo, intervino para poner en valor «las dificultades que tenemos las mujeres aún en ciertos ámbitos» en comparación con los hombres. «A una mujer, en determinados ámbitos, le resulta más difícil evolucionar laboralmente. Por eso, desde las instituciones tenemos que luchar para lograr que alcancemos nuestras metas en las mismas condiciones que los hombres, hay que romper techos de cristal y encontrar la igualdad real, no sólo en la ciencia sino en todas las facetas de la vida», concluyó.
Pilar Callado, directora del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, también acudió a la inauguración y, en declaraciones a los medios, apuntó que el Día de la Niña y la Mujer en la Ciencia, declarado por la ONU, es muy importante porque muchos centros educativos, asociaciones y entidades realizan actos de visibilización que son «muy necesarios». En especial, señaló la importancia de que «las niñas de hoy conozcan a esas mujeres porque se van a convertir en referentes para ellas; en un espejo donde reflejarse que les ayude a ser conscientes de que si otras lo han conseguido, ellas también pueden hacerlo».
La ONU apunta que las mujeres representan el 33,3% de todos los investigadores del mundo, solo el 12% de los miembros de las academias científicas nacionales son mujeres y ellas suelen recibir becas de investigación más modestas que sus colegas masculinos. Las investigadoras, además, suelen tener carreras más cortas, peor pagadas y su trabajo está poco representado en las revistas de alto nivel. Asimismo, las mujeres siguen representando sólo el 28% de los licenciados en ingeniería y, en otros campos de vanguardia, como la inteligencia artificial, solo uno de cada cinco profesionales es una mujer.
Según las investigaciones llevadas a cabo por este organismo, detrás de estas cifras se encuentran estereotipos culturales que asocian a los niños con mayores capacidades para las matemáticas, discriminaciones dentro del ámbito cultural y familiar (enviar a los varones a recibir educación reglada y dejar a las niñas en casa, especialmente en países menos desarrollados) y una invisibilización histórica en los libros de texto, en entregas de premios y medios de comunicación, que provoca al falta de referentes femeninos para las niñas.
El «árbol de la ciencia»: las mujeres inventoras que revolucionaron el mundo
