Curiosidades de la historia de Almansa. Las raíces históricas de Almansa se hunden hasta tiempos inmemoriales. Situada en un punto estratégico y geográfico fundamental para el acceso al o desde el Levante, ha sido considerada como un cruce de caminos de vital importancia. Grandes hitos como la construcción de una de las primeras presas artificiales de Europa o el suceso de la Batalla en la Guerra de Sucesión española pusieron a nuestra ciudad en el mapa, pero no fue hasta la llegada del ferrocarril y la industria que Almansa se convirtió en un punto realmente relevante y en constante aumento poblacional.
10 curiosidades de la historia de la Almansa preindustrial
Las curiosidades que vas a poder conocer someramente a continuación a modo de pequeñas píldoras han sido extraídas de la charla que el historiador Jesús Gómez Cortés realizó con motivo del comienzo de la celebración del 40 Aniversario de Torre Grande bajo el título: «Almansa Preindustrial 1563, 1707 y 1823». El profesor jubilado dio créditos a quienes realizaron los estudios pertinentes para poder conocer esta información: Miguel Juan Pereda, Rafael Piqueras y Jose Luis Simón.
La primera Iglesia de Almansa
Curiosidad número 1. Había una iglesia en la ladera del Castillo. Se llamaba Santa María de la Soledad y cayó en el olvidó con la construcción, larga y duradera, de la actual Iglesia de la Asunción. Se encontraba en el punto entre la calle del Castillo y las escalera que bajan a la calle San Juan a la altura del Polideportivo. Hace unos años, con motivo de unas obras a causa de las lluvias, se encontraron restos humanos, esto es porque las iglesias eran usual y antiguamente lugares de enterramiento. En la imagen de abajo puedes ver una obra de un pintor holandés llamado Anton van der Wyngaerde, quien también estuvo al servicio del Rey Felipe II, y qué dibujó la figura de Almansa en el 1563. También aparece en el cuadro de la Batalla de Almansa con el número 147. Es una de las únicas cuatro imágenes que podemos tener de la Almansa preindustrial.
El primer Hospital de Almansa
Curiosidad número 2. El primer Hospital del que se tienen datos en Almansa se remontaría hasta el año 1419. Se llamaba Hospital de San Ildefonso y se encontraba en la misma ubicación donde ahora está el Centro de Salud. Como su nombre de santo indica, era un lugar para el «buen morir» de pobres e indigentes, nada parecido a lo que es a día de hoy un complejo sanitario. Todo esto se puede conocer mejor en el trabajo «la Villa Medieval de Almansa» de Aniceto López Serrano.
Torre Grande, joya olvidada
Curiosidad número 3. Torre Grande es uno de los monumentos más valiosos de Almansa, una edificación tan antigua como el Castillo. Durante mucho tiempo fue frontera decisiva entre reinos, haciendo las veces de aduana. Actualmente se encuentra en la Lista Roja del Patrimonio por su grave estado de conservación. El nombre de este edificio bautiza a la asociación cultural e histórica precisamente porque su historia refleja la razón de ser de Torre Grande: «Dar a conocer aquellas historias poco conocidas de Almansa, como es este monumento».
El camino de la columna debe su nombre a la Batalla de Almansa
Curiosidad número 4. El camino de la columna debe su nombre al desparecido monolito. Tras la Batalla de Almansa y la victoria de los Borbones, se otorgó a la ya nombrada ciudad un monolito para su conmemoración como lugar decisivo en la Guerra de Sucesión. Este primer «pequeño obelisco» o «monolito» duró hasta el derrocamiento de Isabel II (1868), época en la que se destruyó. Todo ese tiempo, desde el 1708, estuvo situado en lo que hoy conocemos como «camino de la columna», véase la imagen de abajo de Carlos Hernández. Su nombre es causado por el profundo y predominante analfabetismo de la población, que nunca llegaron a comprender bien el significado de «monolito» u «obelisco» y le llamaron para la posteridad «columna». Después del primer monolito, vino un segundo en 1925 que duró mucho menos, ya que con las revueltas republicanas de la Guerra Civil (1936), todo lo relacionado con la monarquía era destruido por radicales. Más datos de interés de este tema en el siguiente enlace: Iconos de la Batalla de Almansa: desde el histórico Monolito hasta la Paz Aupada, por Pedro Fito.
Las dos torres de Almansa las hizo el mismo arquitecto
Curiosidad número 5. La torre de la Asunción y la torre del Reloj fueron diseñadas por el mismo arquitecto. El camino Real fue decisivo para nuestra ciudad, conectaba Valencia y Madrid por el puerto de Almansa y situó a nuestra ciudad en un cruce de caminos que le benefició notablemente a nivel industrial y comercial. El encargado para el proyecto fue el reconocido arquitecto valenciano Antonio Cabrera. Aprovechando su cercanía y presencia en la zona, la villa de Almansa contrató a Cabrera hacia 1780 para perfilar lo que ahora es el skyline de la ciudad: la torre del Reloj y la Torre de la Asunción. La primera en acabarse fue la de la Iglesia, en 1782 con estilo Barroco: estructura dinámica con ondulaciones para muros interiores y fachadas. Esta torre tenía un reloj en su base que casi nunca funcionaba, por esta razón el concejo encargó construir la Torre del Reloj, de estilo neoclásico para marcar diferencias con su vecina de la calle Virgen de Belén. Se situó frente al antiguo ayuntamiento que también era lonja.
Lo curioso de esta historia es que estas torres representan a cada uno de los dos poderes dominantes en la época: el poder eclesiástico y el poder civil, que a menudo comenzaban a confrontar. De esta manera, un mismo arquitecto edificó dos torres que se levantarían y enfrentarían por la posteridad como un símbolo de lucha entre poderes. Quizás te interese: Nos adentramos en lo más profundo de la Torre del Reloj de Almansa: historia, curiosidades y otros apuntes.
Bonus, las puertas de Almansa
Curiosidad de regalo. La Almansa preindustrial contaba con 4 puertas distintas que conectaban la villa de unos 6.000 habitantes en 1780 con el Camino Real. Dos eran la de Madrid y la de Valencia, situados en el extremo este y oeste de la vía Real. Otra era la puerta de Aragón, que estaría situada en lo que hoy es una calle bautizada con el mismo nombre. La última era la Puerta de la Villa, se levantaba en lo que actualmente sería el cruce de Rambla de La Mancha con Avenida José Rodríguez. Ninguna de estas puertas sigue en pie.
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