Denuncian a la Sociedad de Cazadores de Almansa o Unión Cinegética Almanseña (UCA) ante la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo. Esta denuncia, provocada tras la publicación de una polémica imagen de la montería del 2 de diciembre por redes sociales, ha causado una serie de averiguaciones en las que varios cazadores habrían sido denunciados por matar ejemplares prohibidos y tener abatidos algunos sin el precinto legal.
La imagen se puede apreciar en la foto principal en miniatura y a continuación, bajo estas líneas. En la fotografía aparecen decenas de cadáveres pertenecientes a especies de cérvidos, gamos y jabalíes. Como indicamos, según el escrito de la acusación al que ha tenido acceso La Tinta de Almansa, se mataron presumiblemente ejemplares no permitidos (una cabra montesa) y se abatieron animales sin colocarles el preceptivo precinto.
Denuncian a la Sociedad de Cazadores de Almansa
Ecologistas de la provincia, a través de su gabinete jurídico, son quienes denuncian a la Sociedad de Cazadores de Almansa. La acusación interpuesta tiene la intención de evitar, en sus términos, las próximas «masacres» de animales.
Con esta denuncia, los ecologistas buscan «paralizar y evitar» las monterías de ciervos, gamos y corzos que la UCA tiene programadas en su agenda y que ha anunciado públicamente para los días 28 diciembre (ya pasado), 20 de enero de 2024 y 17 de febrero de 2024.
Los denunciantes, a fecha de 15 de diciembre de 2023, dudan de la validez del permiso de caza que tiene la UCA para realizar estas monterías, en las que se abaten decenas de animales.
En su denuncia al fiscal exponen que de «la autorización que publican en su anuncio de la montería se desprende que […] tienen permiso para una montería de ciervos y jabalíes, y de cuatro jabalíes exclusivamente, imaginando que el permiso fue expedido por la plaga de esta especie que, a nuestro parecer, tampoco existe en el término municipal».
Ciervos y venados en Almansa
Los ecologistas explican que, en las últimas temporadas, se están avistando por primera vez ciervos y venados, aseguran, a causa de diferentes variantes como los incendios que trasladan a la población animal u otras situaciones excepcionales como la ausencia de humanos en el monte debido al confinamiento del covid. Sin embargo, «ahora estos animales son los objetivos de los cazadores». Y es que, la propia Sociedad de Cazadores reconoció haber matado a más de 20 ciervos y ciervas indistintamente.
Estos documentos también están adjuntos en el escrito remitido a la Fiscalía. En esta denuncia a los cazadores almanseños, también se indica: «En la sangrienta foto publicada en redes sociales se puede apreciar la muerte de más de 70 ciervos, ciervas y cervatillos, indiscriminadamente».
Los ecologistas afirman que con las pruebas expuestas «se demuestra —o al menos se sospecha— que la Sociedad de Cazadores de Almansa utiliza su supuesta autorización para arrasar con los pocos ciervos, venados o corzos de la sierra de Almansa».
Exponen también que estas especies, además, son beneficiosas para el entorno natural ya que regulan y limpian la vegetación de monte bajo: «No se puede demostrar que estos animales hagan ningún daño al monte».
El beneficio de los Cazadores de Almansa
Los ecologistas consideran, pues, que el único pretexto que se podrá alegar es la «escasa ganancia económica» que la Sociedad de Cazadores almanseña pueda obtener por la venta de puestos en la montería, habiendo plazas para más de 90.
Los precios establecidos y de acceso público son:
- Para los socios, 50 euros por la caza de jabalíes y 120 euros por la caza de jabalíes, ciervos y muflones.
- Para los no socios, 100 euros por la caza de jabalíes y 180 euros en el caso de jabalíes, ciervos y muflones.
«Estos cazadores mataron a casi un centenar de ciervos y gamos. Consiguieron llevarse sus cabeza y cuernos porque, según ellos, les valía la pena, despreciando la carne en el antiguo basurero del Paraje El Saladar», afirman en el escrito de denuncia presentado a la Fiscalía. De estas acusaciones también hay fotografías que las acompañan.
Además, los denunciantes señalan en declaraciones a este diario: «La sociedad de cazadores asegura que habrá 4 monterías de jabalí y 1 de jabalí, ciervo y muflón, pero antes de la foto de la polémica (2 diciembre), ya llevaban otra montería (21 octubre) en la que también mataron muflones. Por lo que consideramos que se están aprovechando de su permiso para jabalíes para matar indiscriminadamente a las especies que les apetece».
La Sociedad de Cazadores de Almansa pidió disculpas
En un escrito publicado tres días después de la polémica montería, el 5 de diciembre de 2023, el Presidente de la UCA defendió la acción de los cazadores y se disculpó «de manera sincera» por las sensibilidades que se pudieron herir con la difusión «mal intencionada», según él, de la fotografía en la que se aprecian «las capturas de esta montería».
En un segundo punto, afirman tener censados 400 muflones de los cuales «abatieron a 30». Además añaden que esa zona «no volverá a montearse» pasados 2-3 años, por lo que afirman que el impacto de la caza es «mínimo».
Además, los cazadores aseguran que el muflón es una especie exótica invasora, siendo éste un dato erróneo, ya que esta especie solo está catalogada como invasora en el ámbito de Canarias, según el Real Decreto 630/2013, tal y como aparece en el Catálogo español oficial de especies exóticas invasoras.
Por otra parte, fuentes cercanas a las averiguaciones realizadas por los agentes competentes afirman que en la montería de Taconeros se abatieron a 17 jabalíes, mientras que en la de Rambla de la Teja se mataron a 78 animales, incluyendo a «hembras y crías».
«Un colectivo que disfruta con la naturaleza»
Desde la Unión Cinegética de Almansa escudan su cacería en el «equilibrio poblacional» y en el «beneficio económico» que, dicen, «será invertido en su totalidad en mejorar el medio natural de Almansa». Con él sufragarán supuestas acciones como siembras destinadas a la fauna, instalación y mantenimiento de puntos de agua o arreglo de caminos.
Más allá de estas aclaraciones y las reiteradas disculpas expuestas en dos ocasiones, el escrito no incluye más razones, ni tampoco hace referencia a otros apuntes que los ecologistas denuncian como cuáles son los detalles de su autorización o qué hacen con los restos de carne que, presuntamente, desechan en el Saladar.
Eso sí, la Sociedad de Cazadores afirma en esta nota aclaratoria: «En nuestro ADN está la preservación del medio natural, la sostenibilidad y el equilibrio de la fauna silvestre. Somos un colectivo que disfruta en la naturaleza y con la naturaleza».
El Seprona ya tiene bajo lupa a los cazadores
Tras la denuncia de ecologistas y 12 días después, el 27 de diciembre, la Fiscal de Sala de Medio Ambiente y Urbanismo comunicó a los denunciantes que los hechos fueron puestos en conocimiento del Seprona, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil.
El objetivo es que la patrulla territorialmente competente realice «las averiguaciones y actuaciones necesarias para comprobar el cumplimiento de la legalidad vigente». Por lo que, a causa de esa polémica cacería y la denuncia social que la precedió, la Sociedad de Cazadores ya está siendo observada por agentes de la Guardia Civil en su prácticas de monterías.
Según ha podido conocer este diario, cazadores implicados en estas monterías habrían sido denunciados desde Medio Ambiente por matar a una cabra montesa y por tener animales abatidos sin precinto.
Los precintos de seguridad para caza son expedidos por el Servicio Territorial de cada Comunidad Autónoma. Sirven para identificar y trazar el origen de cada animal con el fin de controlar los ejemplares abatidos. Matar animales y no precintarlos es una práctica ilegal, que se realiza con la intención de derribar más de un ejemplar utilizando un único precinto, y puede acarrear penalizaciones graves.
Hipocresía, dilema y debate
Los ecologistas denunciantes añaden en su texto a la fiscalía que estos hechos ponen de relieve las contradicciones de la nueva Ley de Bienestar Animal, que contempla graves sanciones para «los que dejan a su perro atado fuera del mercado», pero que permite este tipo de monterías o, como ellos las denominan: «masacres y carnicerías». Un hecho que para los ecologistas demuestra la hipocresía de la normativa nacional.
El revuelo que alteró a la opinión pública de Almansa al recibir esta imagen no solo se sucedió al observar a decenas de animales decapitados envueltos en un enorme charco de sangre y rodeados por decenas de varones con atuendos de caza. También causó asombro que, entre ellos, se podía ver algún menor de edad.
Por otra parte, las fuentes consultadas por este diario aseguran que antes de ser presentada la denuncia, de manera extraoficial se elevó la queja a todos los organismos políticos regionales, provinciales y locales, estando enterados de la situación y sin mayor respuesta tanto desde el presidente García-Page hasta la alcaldesa de Almansa. A nivel local, el Ayuntamiento alega que esta situación sobrepasa sus competencias, mientras que los denunciantes consideran que el monte público sí es del ayuntamiento de Almansa «y su cuidado y control también a pesar de tener arrendada la caza de una forma un tanto irregular a la sociedad de cazadores».
De la misma manera, fuentes cercanas a la fiscalía de medio ambiente también dan a entender que los cuerpos de seguridad, en concreto el ente competente SEPRONA, no tienen la capacidad humana ni técnica para poder vigilar todas las monterías que tienen lugar en toda la región. Por lo que los ecologistas reclaman más presencia y seguimiento de estas cacerías. Los denunciantes ahora buscan la respuesta de la Fiscal de Medio Ambiente de Albacete con el único objetivo de conseguir una mayor vigilancia y seguimiento de estas monterías y así asegurar su cumplimiento conforme a la ley.
El debate está servido: ¿son estas monterías legales necesarias? ¿Debe encargarse una Sociedad de Cazadores del «cuidado» del monte local? ¿Están los cazadores legitimados para emitir consideraciones sobre el estado ambiental del entorno local o deben ser entidades ecologistas quienes lo hagan? ¿Nuestra sociedad del año 2024 está de acuerdo con estas prácticas? La audiencia, sabia, valorará.
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