La asociación de personas voluntarias Almandegatas, conocida por su labor en la gestión de las colonias felinas de Almansa, ha expresado su frustración ante la negativa del Equipo de Gobierno para la instalación de «gatuperios», contenedores de reciclaje de vidrio transformados en refugios para gatos callejeros, en distintas zonas de la ciudad.
Un proyecto aprobado que ahora se rechaza
El proyecto presentaba lo que consideran «una innovadora propuesta»: reutilizar los contenedores desechados y convertirlos en cobijos donde los felinos tuvieran agua y comida a resguardo del frío y de la lluvia. Una iniciativa que también pretendía, según la asociación, dignificar la labor de las personas voluntarias, así como mejorar la convivencia entre las colonias y la vecindad almanseña, al evitar que los comederos y bebederos estén esparcidos por la zona.
En declaraciones a La Tinta de Almansa, portavoces de la asociación relatan cómo el plan recibió el visto bueno del anterior equipo de gobierno de Javier Sánchez Roselló, que otorgó mediante su edil encargado, Longinos Marí, su aprobación para la instalación de los refugios en dos ubicaciones estratégicas: cerca del cementerio y en una colonia felina ubicada en el parque de tráfico de la ciudad.
Mientras la asociación preparaba los contenedores en el entorno del Ecoparque, llegó el cambio de gobierno y la entrada en vigor de la nueva Ley de Bienestar Animal. Esta establece que la gestión de las colonias felinas será competencia de las entidades locales. Entre otras obligaciones, algunas de ellas claramente complicadas de realizar, los ayuntamientos deben acondicionar espacios y puntos de alimentación para los gatos comunitarios.
«Nos interesamos muchísimo en organizar una reunión cuanto antes para comentarles, entre otras cosas, el proyecto de los contenedores para gatos que estábamos llevando a cabo, en esta línea. Por parte del ayuntamiento no hubo problemas y nos permitieron seguir adelante con la idea», relatan los portavoces de Almandegatas.
Situación de conflicto tras la ley de bienestar animal
Tras desinfectarlos, convertirlos en refugios y pintarlos, las voluntarias terminaron los gatuperios en diciembre. Sin embargo, en el día en que se dispusieron a ubicar los contenedores —según indican las mismas fuentes—, el ayuntamiento desautorizó la instalación en una de las zonas acordadas: el parque de tráfico.
En esta ubicación se encuentra una colonia felina que se encuentra bajo la gestión de Almandegatas desde hace años. «Invito a que el ciudadano de a pie se acerque por allí para ver la cantidad de cacharros de plástico y comida que deja la vecindad a esos gatitos, con la consecuente suciedad y otros problemas de salud que se pueden causar a los animales. Esto nada tiene que ver lo que hacemos nosotras: mantener la zona limpia poniéndoles el alimento adecuado (pienso) en recipientes reutilizables y tolvas de comida», explican.
La asociación afirma que el actual Equipo de Gobierno propuso ubicar el contenedor en el Polígono, pero recuerdan que la normativa actual de Bienestar Animal prohíbe la reubicación de las colonias de gatos, «salvo excepciones que en este caso no se cumplen».
Finalmente, Almandegatas decidió ubicar los dos gatuperios en la zona del cementerio, a pesar de que «no es necesario que estén allí los dos juntos —añaden—, pero en algún sitio teníamos que ponerlo».
Otros desacuerdos
Además del obstáculo encontrado en la instalación de los refugios, Almandegatas ha denunciado otras deficiencias en la colaboración con el equipo de gobierno socialista, como la falta de apoyo en la creación de un refugio temporal para felinos enfermos o heridos.
El Ayuntamiento de Almansa concede anualmente una subvención de 1.400 euros a Almandegatas, principalmente destinada a controlar a los gatos comunitarios a través del método CER (capturar, esterilizar y retornar a las colonias). Sin embargo, la asociación expone que esta ayuda apenas cubre una fracción de los gastos necesarios para cumplir con garantías su labor, «una labor que el gobierno municipal están obligado a llevar a cabo por ley».