Fray Juan Fernández Serrano, el misionero almanseño que desafió a la iglesia en China | Destacamos hoy la figura de un almanseño que, entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, desempeñó un papel destacado en las misiones católicas de China y dejó un importante legado cultural al publicar un diccionario chino-castellano. Una labor que finalmente fue denostada por la jerarquía católica de la época.
Un misionero almanseño destacado en China
Según relata Miguel Juan Pereda Hernández, autor de esta investigación, nos encontramos ante la figura de fray Juan Fernández Serrano, nacido en Almansa en el año 1665. Este individuo decidió unirse a la Orden de los Franciscanos Descalzos de la Provincia de San Juan Bautista y tras ser ordenado como sacerdote, se aventuró en un viaje misionero que lo condujo en el año 1698 hasta China, concretamente a la provincia de Kiangsi (Jiangxi). Allí desempeñó labores de evangelización durante siete años, mientras estudiaba la lengua y cultura local. Su postura de respeto hacia los ritos chinos marcó su trabajo y lo distinguió entre los misioneros de la época.
Tal y como detalla Pereda, los ritos chinos generaban un intenso debate entre los misioneros, ya que algunos defendían su aceptación como expresiones culturales, pero otros los consideraban prácticas paganas. En 1704, el papa Clemente XI condenó estos ritos, complicando su labor de evangelización. A pesar de este hecho, Juan Fernández Serrano logró obtener en 1708 una licencia imperial para seguir adelante en su misión y logró convertir a más de 300 personas en las regiones de Kiangsi (Jiangxi) y Kwangtung (Guangdong).
Miguel Juan Pereda destaca que, en 1715, las denuncias contra Fernández Serrano por aceptar los ritos chinos llevaron al Vaticano a estudiar su caso, hecho que no frenó su labor hasta 1719, cuando el papa decretó su regreso a España. El mandato tardó en llegar a Manila hasta 1721, este incluyó la instrucción de reducirlo al estado de novicio y someterlo a penitencias de ayuno tres días a la semana. Pese a todo, el misionero defendió su obra, regresó a su querida tierra, Almansa, y finalmente viajó a Italia para intentar exponer su caso ante la Santa Sede.
Un legado cultural invaluable
Fernández Serrano dejó un legado cultural invaluable además de su labor religiosa. Entre sus obras sobresalen un Compendio de la Doctrina Cristiana, un Tractado sobre el modo de confesar, un Tractado místico sobre la comunión espiritual y un Diccionario de la Lengua de los Chinos, todos ellos redactados en chino.
Pereda recuerda que ese pensamiento del misionero almanseño se reivindicó en 1939, cuando el papa Pío XII anuló las condenas a los ritos chinos al reconocer que tenían un carácter civil y no religioso. Finalmente, Juan Fernández Serrano regresó a Almansa en 1729, donde falleció el 3 de febrero de 1735.
