La comarca de Almansa ha estado habitada desde tiempos inmemoriales. Diferentes pueblos y culturas se asentaron en una tierra marcada por sus duras condiciones orográficas y climatológicas. Sin embargo, el poblamiento de Almansa propiamente dicho, lo situamos con la llegada de Al-Ándalus a partir del siglo XI. Es una época de conflictos motivada por la inestabilidad militar de las primeras taifas. De este modo, aparecen una serie de asentamientos en la comarca motivados por la colonización de campos de cultivo y la defensa de la zona. El hisn o castillo de Almansa, según los restos arqueológicos, dataría de la segunda mitad del siglo XII. Así, con la llegada de los almohades, se impone una organización de las fortalezas para adaptarlas defensivamente de las incursiones de los reinos cristianos (ver artículo El origen de Almansa).
A lo largo del tiempo, tanto arabistas como investigadores históricos han pretendido esclarecer el significado del topónimo árabe de Almansa. No obstante, ni la etimología ni las escasas fuentes históricas que nos han llegado parecen dilucidar el problema.
Las primeras hipótesis sobre el origen actual del nombre de Almansa vienen de la mano del historiador Amador de los Ríos que, a finales del siglo XIX, pensaba que su origen podría deberse al término Al-Manxa, ya que en esta ciudad daba comienzo para los musulmanes la región de la Mancha. Otros como Merino Álvarez, también lo creían, ya que consideró Al-Manxa como la capital de la Mancha. Sin embargo, estas carecían de documentación y no dejaban de ser meras especulaciones.
En 1926, Menéndez Pidal estudió el topónimo filológicamente y llegó a la conclusión que Almança, como así aparecía en algunos documentos árabes, provenía de la palabra árabe al-manzah y significaría el «mirador». Este mirador sería la antigua atalaya almohade que daría lugar siglos después al actual castillo de Almansa.
Sin embargo, la existencia de una población ubicada en el valle del Cea, en León, llamada Almanza provocaría un giro en las investigaciones al respecto. Esta localidad, de la que se tienen noticias desde el año 1044, aparecía escrita como Almança, Almanza o Almansa en las fuentes históricas, lo que dificultaba su estudio. Era una villa importante en el reino de León, por citar algunos ejemplos, sus señores participaron en la famosa batalla de Las Navas de Tolosa y, desde 1225, contaba con fuero concedido por el rey Alfonso IX de León. Así pues, la aparición en las fuentes del topónimo Almansa ha creado confusión en gran parte de los historiadores recientes.
Más adelante, en los años cuarenta, el reconocido arabista español Asín Palacios se refirió a la Almansa albaceteña como «mitad del camino», ya que nuestra ciudad ha sido frontera natural de la zona levantina con las tierras de la Mancha. Además, su deducción se reafirmaba, ya que la Almanza leonesa pudo ser parada en el Camino Real que transcurría desde la Tierra de Campos hasta la región asturiana. Esta idea sostiene, según otros investigadores, que el topónimo Almanza procedería de la palabra latina mansula, que significa «parador, mansión o mitad del camino, sitio de descanso de viajeros», ya que cerca de Almanza pasaban antiguos caminos del Imperio Romano. Asimismo, darían el mismo significado a la palabra árabe Al-manzil como casa u hogar.
Otra dificultad que presenta nuestra Almansa es que prácticamente las referencias islámicas son muy escasas o nulas. Debido a su condición limítrofe de las coras de Toledo y Tudmir y, ya en el siglo XIII, entre los límites de la cora de Murcia y la de Valencia, tendría un papel marginal en la expansión islámica. Además, se encontraba entre tres poblaciones de mayor importancia como eran Sintiyalla (Chinchilla), Satiba (Játiva) y Biliyana (Villena). De hecho, no se tendrá constancia fehaciente de ella hasta prácticamente 1244 cuando aparece en el Tratado de Almizra, el cual fijaba los límites entre la Corona de Aragón y la de Castilla.
Sin embargo, algunos autores opinan lo contrario. En 1989, Abid Mizal encontró en una de las obras del geógrafo ceutí Al-Idrisi (1100-1065) la primera referencia de Almansa en el topónimo al-Mansa. En la edición Uns al -Muhay wa-rawn al-furay de la obra Los caminos de al-Ándalus en el siglo XII, creía haber encontrado el topónimo en los caminos de la cora de Valencia. En su transcripción cita: «De Játiva a Almansa hay veinticinco millas; entre Almansa y Ayora existen fuentes y ríos, por el occidente, hay doce millas». Consecuentemente, podríamos afirmar que Almansa ya contaría con suficiente importancia como para aparecer en la obra del geógrafo ceutí. Algunas fuentes citan que Zayyan, rey de Murcia, ofreció en 1239 al sultán de Marruecos las plazas de Murcia y Almansa debido a su esplendor almohade.
No obstante, otros historiadores creen que, a pesar del parecido toponímico, al-Mansa no se corresponde con Almansa sino con otra población que aún no ha sido identificada. En su defensa, opinan que las distancias no cuadran ya que actualmente no hay 25 millas de Almansa a Játiva. Asimismo, no hay tales fuentes ni ríos entre Almansa y Ayora, ya que la antigua laguna de San Benito y la Fuente de los Baños serían insuficientes para la descripción de Al-Idrisi. Por lo tanto, según esta suposición, nuestra ciudad tendría otro nombre que no ha llegado hasta nuestros días.
Recientes investigaciones han sugerido una hipótesis novedosa y, en palabras del autor, «arriesgada» para explicar por qué Almansa lleva ese nombre. Hay constancia que cuando los cristianos conquistaban algunas ciudades o villas andalusíes les modificaban el nombre por el de un santo o por el de su lugar de procedencia ya que éstas tenían un topónimo complejo en lengua árabe o por otras razones. Hay estudios que indican que durante la expansión de Alfonso X se cambiaron nombres árabes por el de localidades del entorno del rey.
Esta hipótesis se sostiene por tres hechos. En primer lugar, parte de los caballeros que acompañaban al rey Don Alfonso en sus conquistas por Albacete y Murcia procedían de las inmediaciones del valle del Cea. Quizá la dificultad de la homofonía original de la villa islámica u otras razones facilitaron el cambio de nombre por el de Almansa. Además, a pocos kilómetros se encuentra la vecina población de Yecla (Murcia). Según los arabistas, el topónimo no procede de la antigua Yakka, sino que su origen se debe a que parte de los caballeros eran oriundos de una población llamada Yecla (hoy Villaverde de Arcayos) cercana a la Almanza de León. En segundo lugar, existen fuentes históricas que corroboran que estos caballeros que recibieron estas tierras eran originarios del valle de Cea. Por ejemplo, la población de Jumilla, que fue entregada a Don Alfonso Téllez de Meneses, era señor de la Yecla de Cea, población a unos 23 kilómetros de Almanza, casualmente, una distancia muy parecida a las de Albacete y Murcia. Por último, existe un estudio de Luciano Serrano de 1935 sobre el poblamiento de Castilla durante la Edad Media. En él, se ha constatado que existen numerosos pueblos con idéntico nombre al de otras tierras de León, como pudo ocurrir con Almansa y Yecla. De esta forma, tras la conquista de los castellanos de las últimas plazas del norte de Murcia, decidieron modificar los topónimos árabes por los nombres de sus tierras de origen leonesas en homenaje a ellas.
Los historiadores actuales siguen sin encontrar una posible solución al enigma planteado. La historiografía parece indicar que la relación con la Almanza de León no es simple casualidad. Quizá ambas poblaciones eran zonas «en medio del camino» para el avituallamiento de tropas o tenían un importante «mirador» en forma de castillo para divisar y controlar el paso hacia otros reinos. Tampoco podemos asegurar con rotundidad que la al-Mansa que menciona Al-Idrisi sea nuestra ciudad o que los cristianos leoneses que tomaron la villa en 1244 decidieran llamarla Almansa en recuerdo de su tierra. Juzguen ustedes, el enigma está servido.
2 respuestas
Y porque no se investiga,la etimología y homofobia del caudillo Almanzor, como posible origen
Estimado Rafael, respecto al posible origen del término Almansa y el caudillo Almanzor. No cabe dudar que “mansula” de los diplomas medievales derive del latín “mansio”. Existen un documento fechado en el 928, es decir, once años antes al nacimiento del caudillo Almanzor en el cual el rey D. Alfonso IV hace donación de varias villas y haciendas al monasterio de Santa Eugenia cerca de Almanza en el valle del Cea (León). De este modo, no es probable que el poblado de Almanza o Almansa derive de Almanzor. Un saludo.