Durante las últimas cuatro décadas, son muchos los investigadores que han estudiado la producción, las causas y los efectos de los tan manidos «radicales libres» en el desarrollo de diferentes patologías como el cáncer o la enfermedad coronaria y también en el ámbito deportivo. 

Breve contextualización

Tras su descubrimiento, durante los primeros años, se postuló que los radicales libres eran los responsables del envejecimiento y el desarrollo de ciertas patologías. Posteriormente, comenzaron a dilucidarse los mecanismos a través de los cuales el cuerpo humano combate esa producción de radicales libres, los conocidos mecanismos «antioxidantes».

Años después se observó que el consumo de antioxidantes, en concreto mediante suplementos, era capaz de reducir los niveles de estos «malvados» radicales libres, aceptando que esta era una práctica favorable. Sin embargo, de igual forma se observó que los radicales libres eran moléculas esenciales para el desarrollo de otros procesos celulares, como, por ejemplo, las adaptaciones al entrenamiento.

Antes de continuar me gustaría destacar una frase sin par de mi amigo Fernando Mata que figurará en su próximo libro «Comer para ganar» (2021, en prensa): «¿Son (los radicales libres) enemigos patológicos o amigos fisiológicos?». De esta forma nos resume cuales son las dos principales ideas a debatir alrededor de esta apasionante temática.

Pero entonces, los antioxidantes: ¿son buenos o malos?

¿Dónde nos encontramos en la actualidad? ¿Se sigue considerando el consumo de suplementos antioxidantes en deportistas una buena estrategia? O por el contrario ¿está absolutamente desaconsejada?

Atendiendo al contexto deportivo, como ya hemos nombrado anteriormente, el uso de suplementos antioxidantes es una práctica común en deportistas. Ciclistas, nadadores e incluso culturistas ponen todas sus esperanzas en estos suplementos a fin de mejorar su rendimiento deportivo y disminuir el tiempo de recuperación. Durante la última década son muchas las investigaciones que han confirmado que el uso indiscriminado de estos suplementos ni mejora el rendimiento ni la recuperación. Desafortunadamente, los mensajes científicos no siempre llegan a la población y es por ello por lo que estos suplementos siguen consumiéndose en exceso.

Sin embargo, como suele ocurrir en muchas disciplinas científicas, ni el negro (si) ni el blanco (no) son la mejor opción, sino que es el color gris (según) el que nos propone la aproximación más conveniente. Retomando la temática de este artículo, se ha demostrado que aquellas personas con deficiencias o insuficiencias si podrán beneficiarse del consumo de estos suplementos. Una interesante estrategia para reconocer que deportistas se verán beneficiados de la suplementación con antioxidantes es realizar un análisis bioquímico o bien un registro alimentario a fin de conocer con precisión los nutrientes ingeridos durante un periodo de tiempo concreto.

Conclusiones del artículo

Entonces, ¿qué ideas generales podemos extraer de este artículo?

• La producción de radicales libres es un proceso fundamental para la vida, aunque una producción excesiva puede ser patológica.
• El consumo indiscriminado de suplementos antioxidantes ni mejora la recuperación ni el rendimiento deportivo.
• La prescripción del consumo de suplementos antioxidantes debe realizarla un profesional de la salud fundamentándose, bien en un análisis bioquímico o bien en un registro alimentario de largo alcance.