El último alcalde republicano de Almansa fue encarcelado en la prisión central de Chinchilla como preso político. Fue fusilado a las 05:30 horas del 7 de julio de 1939 y enterrado en una fosa común. La Tinta de Almansa recupera parte de su memoria y recoge la última carta que escribió José Hernández de la Asunción, antes de afrontar la muerte.
¿Quién fue José Hernández de la Asunción?
Hernández de la Asunción nació y se crió en una familia modesta, fue zapatero, apasionado intelectual y socialista. Con 26 años se casó con Isabel Benito y formó una familia de cinco hijos: Rosario, Rubén, Ana, Rafael y Cristóbal. Su capacidad de redactar y sus amplios conocimientos le llevaron a ser conocido por sus artículos en diferentes periódicos de Almansa.
De entre todos los alcaldes democráticos que han gobernado Almansa, Hernández de la Asunción sobresale por su larga trayectoria política, su incansable defensa de los Derechos Humanos y su trágica historia. Fue teniente de Alcalde del primer ayuntamiento abiertamente democrático junto a Aurelio Villaescusa. Lideró la Unión General de Trabajadores, fue diputado provincial y presidió la Casa del Pueblo, entre otras muchas actividades políticas.
José Hernández durante la Guerra Civil
Desde mediados del año 1937 hasta la llegada de la dictadura franquista, fue alcalde de Almansa. Cuando las primeras tropas nacionales llegaron a esta ciudad, Hernández de la Asunción ayudó a los perseguidos a huir o esconderse hasta que las fuerzas militares lo retuvieron para su posterior encarcelamiento en Chinchilla.
Tras un encarcelamiento ilegal, José Hernández, junto a cientos de miles presos políticos, fue fusilado. En el trabajo de investigación realizado por Manuel Ortiz Heras, aparecen las cartas que este buen hombre envió durante su aprisionamiento. En ellas se puede reflejar la ternura de un padre buscando el mejor futuro para sus hijos, con muchos consejos admonitorios sobre la importancia de los estudios y de llevar una vida cultivada. También se leen encargos que hacía para su mujer Isabel, recuerdos para sus conocidos y constantes frases con tono tranquilizador para no aumentar la angustia familiar.
Esta es la carta que escribió José Hernández de la Asunción horas antes de ser fusilado:
Albacete 6 de julio de 1939
«Querida esposa, hermanas, hijos, sobrinos y demás familia:
Unas palabras para despedirme de vosotros. Cuidar bien de nuestros hijos, yo muero tranquilo porque en toda mi vida, bien lo sabéis, no me he dedicado nada más que a hacer el bien a todos. Siempre tener presente que no muero manchado de haber cometido ningún crimen ni robo, sólo por defender un ideal que he sustentado con una gran honradez y lealtad y siempre será para vosotros una honra también. Ese es mi mejor testamento después de una vida llena de trabajo honrado. Muchos besos a todos de vuestro…
Pepe»
Estas fueron las últimas palabras, ahora públicas, de un hombre asesinado de forma vil y lamentable. Sirvan para inspirar cualquier demócrata, sea cual sea su orientación política.
Artículo inspirado en el trabajo de Jesús Gómez Cortés: «JOSÉ HERNÁNDEZ DE LA ASUNCIÓN: ÚLTIMO ALCALDE DEMOCRÁTICO DE ALMANSA EN LA II REPÚBLICA (1936-1939)»
Un comentario
Magnífico! Una publicación inspiradora para cualquiera que quiera medir la ética usando como medida la asimetría de las “varas de medir”. Un hombre que llegó a ser tildado de fascista por los “rojos” por el hecho de haber salvado vidas de monjas, guardias civiles y otros que eran odiados y perseguidos… y sin embargo murió fusilado.