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25/04/2024

El periódico digital de Almansa

Y el sexo invadió la cartelera almanseña

Se proyectaron más de 500 películas eróticas en Almansa tras la muerte de Franco
Sylvia Kristel en 'Emmanuelle' (1974)

El destape es ese término que engloba una década donde el cine era descarado, taquillero y de calidad discutible. Tras la muerte del dictador Francisco Franco, desaparece la figura del censor. Los líos de cama, las miradas libidinosas y los pezones femeninos comienzan a proliferar en pantalla. La producción de películas eróticas es frenética. Salas y teatros de toda España cultivan una nueva manera de entender la moralidad, el sexo y la figura de la mujer. Almansa no va a ser menos, ni se libra de este fenómeno.

«Debemos señalar la fuerte irrupción de un nuevo género [en la cartelera almanseña] a partir de 1975: el erótico». Así lo indican la autora y filóloga, Emilia Cortés Ibáñez (Utiel,Valencia), y la colaboradora Pepa Ariño (Almansa), amante del séptimo arte, en el libro El cine en Almansa en el Siglo XX (Instituto de Estudios Albacetenses). Esta última formó parte del Cineclub Independiente de nuestra ciudad desde su creación, en 1976, y se encargó de su programación cuando llegó el proyector de 35 milímetros. Cortés y Ariño rememoran en su estudio tiempos anteriores a este boom del cine sexy; aquellos «abundantes y rápidos viajes al otro lado de la frontera para ver El último tango en París (1972) o Emmanuelle (1974), algo impensable hoy día».

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Eran esos años en los que la censura franquista alargaba faldas, escondía besos y cubría escotes. De ahí el éxito de películas como Emmanuelle en la cartelera de los cines del sur de Francia. A sus puertas se formaban largas colas de españoles que aguardaban para ver los atributos de su protagonista, Sylvia Kristel, holandesa de nacimiento. «No podemos evitar sonreír ante el recuerdo», bromean las expertas.

En Almansa se proyectó tanto cine de destape como de aventuras

Tras la muerte del dictador, y entre los años 1976 y 1999, se estrenaron en total 511 películas de destape en Almansa, según el ensayo. El número de cintas eróticas sobresale por encima de otras pertenecientes a géneros como el de terror (462), el thriller (432) o la ciencia ficción (271). Desbanca, asimismo, a otros que habían sido muy relevantes entre 1940 y 1975, como el musical (que pasa de 1.280 películas proyectadas a 166), el western (de 920 a 263) o el policíaco (de 611 a 205). Se acerca también al de aventuras, con 578 cintas proyectadas en el mismo periodo.

 

El destape | La Tinta de Almansa
‘Emmanuelle’ no pudo colarse en las salas convencionales de EEUU y fue clasificada «X»

Colegialas perversas (1972), Sueños húmedos (1974), Noches pecaminosas de una menor (1976)… Los títulos derrochan la misma originalidad que sus guiones (groseros, simplones y, machistas), pero consiguen lo que pretenden: atraer espectadores. Como las ventas aumentaban, el coste de las entradas se incrementó.

El precio de un ticket general antes de la muerte del dictador, en 1974, era de 20 pesetas tanto en el Teatro Regio como en el Cine Coliseum. Seis años más tarde, en 1978, la censura permitió el estreno de Emmanuelle en España, pero el valor de estas entradas había ascendido a 35 pesetas. De igual forma, el precio de un asiento de butaca ascendió de 45 pesetas a 70 en el mismo lapso de tiempo (de 1974 a 1978). Al año siguiente, en 1979, costaría diez pesetas más.

La opinión de la crítica cinematográfica no importaba tanto como vender. Para conseguir esto, resultaba esencial la calificación que el Instituto de Cinematografía y de las Artes Audiovisuales le otorgase a los films. «Para mayores de 18» o calificada como «S» no era lo mismo que clasificada «X». Recibir la última etiqueta significaba condenar a una cinta a proyectarse únicamente en un circuito reducido y para un público más minoritario: el de las salas pornográficas.

En Almansa no hubo edificios de este tipo, al igual que en otras muchas localidades españolas. Se produjo, así, un aluvión de películas que trataban de llegar lo más lejos posible, pero esquivando ser etiquetadas «X». El cine del destape rara vez contenía escenas explícitas, lo que permitía que se estrenase en salas convencionales donde poder atraer una mayor audiencia. Al final de la década de los ochenta, este género había recaudado millones de pesetas en beneficios por todo el país.

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