Dos mujeres que han marcado un antes y un después en la historia de la gastronomía de Almansa han sido galardonadas por su labor en los últimos días. La veterana Josefa Ruano, del Mesón de Pincelín, recibió el Premio Talento Femenino en Culinaria 2022, el congreso gastronómico más importante de la región. Por su parte, Cristina Díaz, del restaurante Maralba, también en situado en el municipio, obtuvo el Premio Nacional de Gastronomía a la mejor sumiller.

La entrega de los premios Culinaria 2022 reunió a principios de esta semana a cocineros/as y especialistas en gastronomía y turismo gastronómico en Cuenca. Allí, la consejera de Empresas y Empleo de la Junta de Castilla-La Mancha, Patricia Franco, inició su intervención felicitando a la sumiller de Maralba, por su reciente Premio Nacional de Gastronomía en la categoría de Sumiller, y al resto de los premiados en esta edición de Culinaria, destacando a Josefa Ruano, quien no pudo acudir al acto por padecer Alzheimer y cuyo galardón recogió su nieto, como «una mujer que ha abierto camino a otras».

«El Pincelín» era el apodo que Pascual Blanco Cantos se había ganado «por su fama de elegante», tal y como explican desde el restaurante familiar. Pascual fundó el establecimiento junto a Josefa Ruano, su esposa, en el año 1952. Juntos trasformaron lo que era un pequeño bar en uno de los establecimientos hosteleros más reconocidos de Almansa. Actualmente, se ha hecho un hueco entre los mejores restaurantes de España. Doña Josefa ha continuado estando presente en el mesón, en la medida en que le ha sido posible.

En cuanto a Cristina Díaz, abrió en 2003, junto a su marido el cocinero Fran Martínez, el restaurante Maralba en Almansa. El buen hacer del equipo, ella al frente de la bodega y como directora de sala, y él en cocina, ha cosechado dos estrellas Michelin y dos soles Repsol. Su cocina vanguardista, que respeta la cocina tradicional de la zona, han convertido al establecimiento en un referente de la cocina manchega actual. El jurado de los premios nacionales de Gastronomía señaló que, entre sus casi 700 referencias destacan los vinos manchegos, muchos de ellos de pequeños viticultores, un «afán personal de la sumiller por enseñar el trabajo de bodegueros sobresalientes que no cuentan con tanta visibilidad».