El voluntariado de Protección Civil: Persona del año 2024 para La Tinta de Almansa | Cada año, el periódico La Tinta de Almansa reconoce a quienes, con su esfuerzo y dedicación, dejan una huella imborrable en nuestra comunidad. En esta ocasión, el simbólico galardón de «Persona del Año» se otorga a una figura colectiva que representa solidaridad, entrega y compromiso sin esperar nada a cambio: el Voluntariado de Protección Civil.
Hombres y mujeres, vecinos y vecinas que, lejos de buscar protagonismo, dedican su tiempo libre a proteger y asistir a quienes más lo necesitan, enfrentándose a emergencias, salvando vidas y fomentando una cultura preventiva en nuestra sociedad. Este reconocimiento pone en valor su labor silenciosa pero imprescindible, destacando el impacto de su trabajo en eventos cotidianos y situaciones extraordinarias, como la reciente DANA, que evidenció el papel crucial que desempeñan en la gestión de emergencias.
En este año 2024, su labor ha sido más visible, pero no deja de ser otro curso más en su incansable labor. Hablamos de 366 días que han valido para restaurar ciudades, prevenir desastres naturales e incluso salvar vidas vidas humanas gracias a su siempre efectiva intervención. Sin duda alguna, el cuerpo de voluntarios y voluntarias de Protección Civil en Almansa es una de nuestras más valiosas joyas en cuanto a equipos humanos se refiere y debemos estar agradecidos por ello, además de estar atentos a sus necesidades y peticiones.
A través de este reportaje especial y la entrevista con Iban Sánchez, Jefe de la Sección de Intervención de Protección Civil de Almansa, exploraremos su esfuerzo diario, sus retos y sus logros, para que su ejemplo inspire y su importancia sea aún más reconocida. Para personificar a todo el voluntariado, tuvimos el placer de contar con Lorena Beneito e Ismael Garijo, quienes nos trasladaron sus sensaciones al servir en este cuerpo y posaron ante nuestras cámaras con entrañable amabilidad.
Este año ha sido todo un reto para vosotros ¿cómo lo valorarías en términos de trabajo y servicios realizados?
A falta de lo que queda de año, hemos llegado a 99 servicios, con casi 3.000 horas de trabajo, lo que va más o menos en la línea de otros años anteriores. El mes que más servicios hemos tenido ha sido mayo, con 21 servicios. Esto para nosotros es un reto importante porque prácticamente todos somos de aquí. Entonces, en mayo la gente está de fiesta, en comparsas, en grupos festeros…Y eso nos obliga a compaginar todo. En cuanto a localidades, Almansa es donde más servicios hemos hecho, pero también salimos a muchísimas otras. Paiporta ha sido la localidad fuera de Almansa donde más servicios hemos hecho y también hemos estado en Requena, Aldaia y muchas otras.
¿Habéis participado en algún evento de gran magnitud?
Sí, por ejemplo hemos estado presentes en circuitos de MotoGP y en la Tomatina de Buñol. Es importante destacar que, aunque estos eventos son más visibles, hay otras situaciones que quizá el voluntario no percibe como tan llamativas, pero que son igualmente cruciales. Por ejemplo, en un cruce durante una carrera popular. No tener a una persona en un cruce puede suponer que un conductor invada la ruta y se lleve por delante una bicicleta o aun peatón. Esta acción, aunque parezca sencilla, forma parte de nuestra idiosincrasia. Al final, la Protección Civil es la única institución que actúa como servicio público voluntario en prevención y otras fases. A menudo nos confunden con una ONG, pero Protección Civil es un servicio público y es el único que abarca todas las fases de la emergencia: el análisis, la planificación, la prevención, la intervención cuando ya ha sucedido y la rehabilitación. Esto último es lo que estamos haciendo ahora en la Comunidad Valenciana.
Este año lo que más hemos hecho son servicios preventivos. Esto es algo muy positivo que hemos fomentado a lo largo de los 35 años de existencia de Protección Civil Almansa. Hemos conseguido crear una cultura preventiva que la gente ya tiene bastante interiorizada. Para nosotros es algo natural, pero conseguir que el ciudadano que no forma parte de esto lo asuma es complicado.
¿Qué es lo más importante a la hora de prevenir, la información previa?
Los servicios preventivos abarcan distintos niveles. Por un lado, tenemos la prevención activa, que es cuando estamos presentes en un evento. Por ejemplo, tener un voluntario en un cruce durante algún evento, como nos pasó en la Subida a la Casa Alfonso. Gracias a esa intervención logramos salvar la vida de una persona. Por otro lado, está la prevención más pasiva, que se centra en la planificación de la respuesta y el análisis de riesgos. Esto incluye acciones como prever el impacto de unas lluvias intensas y cortar ciertas zonas de la población, como los del polígono por el camino de San José. Y otro aspecto fundamental es la concienciación de la ciudadanía. Hemos trabajado mucho en redes sociales y nos ha permitido llegar a mucha gente.
¿Puede ser que seáis el servicio con más repercusión y al que más gente llega en redes sociales?
En Facebook tenemos casi 9.000 seguidores, y en Twitter también contamos con una presencia importante, pero tenemos menos comunidad. Seguimos manteniendo Twitter porque nos permite llegar rápidamente a los medios de comunicación, mucho más rápido que por otras vías. Al final, los medios de comunicación también forman parte del Sistema Nacional de Ciberseguridad, algo que está recogido en la ley, y los incluimos en nuestros planes de emergencia.
Luego, más allá de la prevención, este año hemos tenido que enfrentarnos a muchas inundaciones, que han supuesto casi un 20% de nuestra carga de trabajo.
Este trabajo supongo que habrá sido todo en la Comunidad Valenciana ¿no?
Bueno, no exactamente. En el caso de las inundaciones intervenimos en vías, campos y viviendas. En lo que respecta a viviendas, la mayor parte del trabajo ha sido en la provincia de Valencia. Sin embargo, en vías y campos, hemos tenido varias intervenciones en Almansa para cortes de ramblas.
Lo importante que es también, por ejemplo, estar atentos para cortar una carretera si es necesario…
Claro, eso es. Lo importante es hacerlo antes de que haya más tráfico para evitar problemas mayores. En cuanto a incendios, este año ha sido especialmente bueno porque no hemos tenido muchos. Solo hemos participado en tres intervenciones, lo cual es positivo, ya que normalmente tenemos una carga de trabajo importante. De hecho, fuera de los servicios preventivos, los incendios suelen representar la mayor parte de nuestras actuaciones.
En términos de kilometraje, este año hemos recorrido 12.000 kilómetros con nuestros vehículos. No parecen muchos comparados con los que recorre un camión de una empresa de transportes, pero son kilómetros que hacemos dentro del pueblo y alrededores.
¿Cuál dirías que ha sido la actuación más destacada de este año? ¿Podría ser la de la subida a la Casa Alfonso?
Podría serlo, sobre todo porque logramos salvar la vida de una persona. Al final, estar en el sitio adecuado en el momento oportuno marca la diferencia. Si no hubiésemos tenido a nadie en ese punto, probablemente esa persona habría fallecido. Por supuesto, nunca puedes asegurar al 100% que vas a salvarle la vida, pero sí le das una oportunidad real de sobrevivir, que es lo más importante. En este sentido sí que se hace un buen trabajo a la hora de ubicar estratégicamente los recursos a lo largo del recorrido.
Allí actuó el equipo Lince. ¿Cuánto tiempo lleva presente este grupo aquí en Almansa?
El equipo Lince existe desde 2011. Es una iniciativa de bicicletas medicalizadas que pusimos en marcha inspirándonos en el modelo del Ayuntamiento de Madrid, que es un referente en Protección Civil en toda España. En Madrid tienen mil funcionarios y tres mil voluntarios, están muy enfocados en la parte sanitaria y ofrecen un servicio que funciona muy bien y que cubre las necesidades de toda la ciudad. Nosotros tenemos una buena relación con ellos y aprendimos de su experiencia. Una de las ideas que adaptamos fue la creación del equipo Lince, y la verdad es que está dando muy buenos resultados. Funciona bastante bien y, mientras sigamos teniendo gente que quiera formar parte de este grupo y colaborar, podremos seguir adelante con este servicio.
¿Qué innovaciones se pueden esperar o qué tenéis en mente para mejorar en los próximos años?
Este año, en cuanto a inversiones, ha sido complicado. Al igual que para el Ayuntamiento, ha sido un año difícil desde el punto de vista económico. Desde el principio había un compromiso claro de reducir el gasto al máximo para ayudar a la situación financiera del Ayuntamiento. Nosotros, como servicio municipal, no contamos con financiación externa como pueden hacer las ONG, porque la ley establece que debemos regirnos exclusivamente por presupuestos públicos. Por lo tanto, nuestra asignación presupuestaria depende directamente del Ayuntamiento. Tenemos la suerte de estar dentro del área de influencia de la central nuclear, lo que nos permite recibir subvenciones importantes. De no ser por eso, sería prácticamente imposible que la agrupación sobreviviera únicamente con las subvenciones de la Junta, que son muy limitadas y además la mayoría solo sirven para adquirir materiales, no para gastos económicos.
Por otro lado, la Diputación también colabora dentro de sus posibilidades. Hace unos años empezaron con una subvención de apenas 1.000€, más tarde, aumentaron la subvención a 2.000€ el año pasado, pero sigue siendo algo insuficiente. El Ministerio del Interior sí aporta subvenciones considerables. Empezaron con 21.500€ y, en los últimos años, han ido aumentando hasta llegar a unos 80.000€.
No tengo ninguna duda de que si la gente pudiera ayudar de alguna manera a nivel económico, se volcaría. ¿Cuántos voluntarios hay ahora mismo en Protección Civil Almansa?
Ahora mismo contamos con 56 voluntarios. Es cierto que la gente estaría dispuesta a ayudar, pero también es fundamental que las administraciones empiecen a ponerse las pilas y a tomarse en serio la importancia de los servicios de emergencia. Las consejerías, concejalías y direcciones generales de emergencias suelen ser consideradas como el «patito feo» de la administración. Muchas veces, se considera que es un departamento inferior, donde no pasa nada importante, y esto es un error. Los técnicos de Protección Civil llevamos años reclamando que a las emergencias se les dé la importancia que merecen, ni más ni menos.
Como dicen, es mucho mejor prevenir que curar.
Claro, prevenir es fundamental, pero también lo es la respuesta cuando ocurre una emergencia, y esto lo hemos visto aquí en la Comunidad Valenciana. Tenemos la suerte de que, aunque siempre se pueden gestionar mejor las situaciones y corregir pequeños errores, contamos con planes de actuación que vamos actualizando continuamente. Dentro de las posibilidades de un ayuntamiento pequeño, se da una respuesta adecuada, y eso la gente lo valora. La gente no es tonta. Sabe cuándo su administración responde dentro de sus posibilidades y cuándo no. En Almansa hemos tenido desbordamientos serios del pantano y una nevada muy fuerte que colapsó la ciudad durante tres días, dejando a la población sin luz, sin teléfono, sin prácticamente nada y no existió ese sentir general de abandono. La gente vio que, dentro de nuestras posibilidades y considerando la magnitud de la emergencia, se trabajaba y se actuaba. Por eso, lo que pedimos es que se realice una inversión adecuada para nuestro municipio y que se les otorgue a estos servicios la importancia que realmente merecen.
Esa es una petición. ¿Hay alguna otra petición que os gustaría hacer para el año que viene?
Sí, ahora mismo necesitamos empezar a renovar el parque móvil. Es algo en lo que estamos intentando abordar con una subvención del PEMBA (Plan de Emergencia Nuclear). Sin embargo, acabamos de estrenar el CECOPAL (Centro de Coordinación Operativa Municipal), así que estamos en la cola de puntuación para recibir ayudas. Tenemos coches con 30 años o 27 años de media, y esto supone un problema serio. Estos vehículos no son aptos para el servicio, porque tras una emergencia lo más probable es que alguno esté en el taller.
Por otro lado, es importante que se impulse la figura de un técnico municipal dedicado exclusivamente a emergencias. Las administraciones deben invertir en personal que asuma estas funciones de manera permanente, para que no dependamos únicamente de si el voluntario tiene tiempo o no. Los municipios tienen competencias claras en materia de emergencias, como establece la Ley de Bases de Régimen Local, y el alcalde es el máximo responsable en este ámbito. En municipios de más de 20.000 habitantes, como el nuestro, es obligatorio tener una figura técnica que asuma esta responsabilidad. Ahora mismo, los voluntarios estamos asumiendo responsabilidades importantes incluso con repercusiones legales que a veces van más allá de lo que nos corresponde. Necesitamos a alguien que esté disponible permanentemente y que pueda asumir estas tareas.
Además, la última DANA nos ha dejado ciertas carencias que debemos resolver. Es imprescindible mejorar la coordinación inter-administrativa entre ayuntamientos, diputaciones, comunidades autónomas y el gobierno. Aquí, en una zona donde confluyen varias comunidades autónomas, esta coordinación es todavía más compleja y sangrante. Cuando tienes que coordinar entre varias administraciones y comunidades, todo se complica, y es algo en lo que debemos seguir trabajando.
También quería preguntarte por la gran cantidad de gente que se ha animado últimamente a ayudar con la situación de la DANA. Desde Protección Civil hacíais un llamamiento a la calma y pedíais actuar de forma más organizada.
Exactamente, el ciudadano tiene derecho a participar en la gestión de la emergencia, tal y como lo reconoce la ley. Pero esa participación debe ser siempre de forma organizada y controlada. Lo que no vale es que una persona esté en casa esperando y, el día que ocurre algo, de repente le salga la vena solidaria y quiera ir a ayudar colocándose en primera línea. Igual que la ley te reconoce ese derecho, también establece que necesitas contar con una formación adecuada y con los medios necesarios. Los voluntarios se preparan en el trabajo ordinario y en servicios preventivos, para que el día que llegue una catástrofe puedan actuar de manera efectiva y organizada.
Durante esta última catástrofe hubo gente que llegó a preguntarnos si íbamos a fletar autobuses de voluntarios. Pero eso no es viable. Esas personas no sabrían quién es su mando, ni distinguirían entre un cabo y un sargento de bomberos. No comprenderían conceptos básicos. Primero, tiene que esperar a que se convoque el curso básico que organiza la Junta de Comunidades dos veces al año. Este curso dura 60 horas y se realiza en Albacete, donde reciben la formación teórica necesaria. Después, tienen que venir aquí, completar 16 horas de prácticas tutorizadas y participar en servicios reales. Una vez que todo está bien, si aprueban tanto la teoría como las prácticas, ahí se les entregará su uniforme y su equipo para que puedan empezar a trabajar.
Y les animamos a hacerlo, ¿no?
Por supuesto, necesitamos voluntarios y nos vienen muy bien diferentes perfiles técnicos. Entiendo que un médico o un psicólogo no tenga los fines de semana libres para estar en la calle haciendo preventivos, pero si un día ocurre una emergencia, como una nevada en la que tengo que meter a 200 personas en un albergue en el pabellón Duque de Alba, contar con un psicólogo para atender a esas personas sería algo imprescindible. Ahora bien, lo que no sirve es que esa persona llegue el mismo día de la emergencia. Lo que necesitamos es que se acerques antes, hable con nosotros y reciba una formación mínima para que sepa organizarse. Esto no aplica solo a psicólogos, sino también a arquitectos, ingenieros, técnicos en estructuras o comunicaciones… Todos estos perfiles más técnicos nos vienen muy bien. Dicho esto, también necesitamos gente que simplemente quiera colaborar, estar ahí, echar una mano y trabajar a pie de calle. Ese perfil es igual de importante, y contamos con más voluntarios de este tipo porque suele haber más personas interesadas en ayudar en esa línea.
Para finalizar, ¿me puedes hacer una conclusión general sobre lo que ha sido este año? Una valoración global.
Pues, en general, ha sido un año en la media, aunque marcado por la catástrofe de la DANA al final, que ha puesto en valor el trabajo silencioso que hacemos. Es cierto que, en Almansa, nuestro trabajo se valora más y nos sentimos reconocidos, pero cuando sales fuera sí que percibes que hay gente que subestima a los voluntarios de Protección Civil. Esto también depende de cada lugar, hay ayuntamientos que cuidan mucho a sus voluntarios y otros los tienen totalmente abandonados. Eso influye en la percepción de la gente.
Durante la DANA, a nivel nacional, hemos logrado movilizar a 800 voluntarios de Protección Civil cada día durante un mes. Hablamos de un despliegue que incluyó desde búsqueda y rescate con perros especializados, hasta buceadores, técnicos en comunicaciones y personal especializado en otras áreas. Cada servicio y cada agrupación de Protección Civil se especializa en función de las carencias y necesidades de su zona, y eso se ha demostrado aquí. Además, ha sido la primera movilización general de voluntariado de Protección Civil realizada desde el Ministerio del Interior, a través del Centro Nacional de Coordinación y Seguimiento de las Emergencias. Hasta ahora, el Ministerio ni coordinaba ni organizaba estos servicios, ya que las agrupaciones dependen directamente de los ayuntamientos y, operativamente, de las comunidades autónomas a través de los 112. Pero en esta ocasión, se ha visto que una movilización centralizada funciona, y esto supone un antes y un después en la gestión de emergencias.
Por otro lado, en lo que respecta al voluntariado, sí que hemos notado un aumento de solicitudes. En la época del COVID, vimos un auge importante pero después descendió. Ahora con la DANA también hemos notado más interés por ser voluntario, pero hay que ver cómo evoluciona esto con el tiempo. El voluntariado se quema, y es algo que debemos tener en cuenta. Aquí tenemos la suerte de contar con un perfil muy joven. Muchos de nuestros voluntarios ven su participación en Protección Civil como una forma de orientar su futuro profesional hacia el ámbito de las emergencias. Aun así, hay que reconocer que cuando ocurre algo grande, como el COVID o esta DANA, acaba quemando. En la DANA, por ejemplo, hemos trabajado 900 horas, lo que representa un tercio de nuestra carga anual, con 27 voluntarios involucrados. Ellos responden siempre, pero después de un mes trabajando todos los fines de semana, la fatiga acaba afectando.
Muchísimas gracias por vuestro trabajo, Iban, somos conscientes de que el voluntariado de Protección Civil de Almansa nos hace sentir como privilegiados a la población. Enhorabuena por la labor y mucho ánimo para seguir desarrollándola.
Gracias a vosotros por este nombramiento que seguro que hará mucha ilusión a todos nuestros voluntarios y voluntarias.
