Por quienes no pueden volver a casa por Navidad. Por los aplausos a las 20:00 y por lo que (nos) conocimos en cuarentena. Por los mayores en asilos y residencias. Por las falsas promesas y los propósitos incumplidos. Por quienes todavía escriben cartas. Por Morricone, Pau Donés, Robinson, Aute y Cuerda. Por lo que consume el Alzheimer. Por lo que echaremos de menos la Cabaña. Por quienes siempre están ahí y por quienes siempre dicen que están ahí. Por los 20.000 migrantes muertos en el Mediterráneo y porque lo consentimos. Por la amistad pese a la distancia. Por Alexandria Ocasio-Cortez. Por los abrazos que no pudimos dar a tiempo. Y por la vacuna, claro.
Por comernos el mundo o por si nos come. Por ti. Por los 3 discos de Bad Bunny. Por las palabras que guardan incendios detrás. Por revisarnos los privilegios. Por el Sáhara libre. Por no encajar. Por lo que nos llegó sin merecerlo y por lo que merecemos y no llega. Por Rohmer y por Truffaut. Por cuando las ganas pueden a las ojeras. Por la hoguera de los continentes. Por ser un poquito más valientes. Por un penalti de Maikel Mesa en el minuto 89 y la salvación. Y por lo feliz que fue Albacete aquella noche.
Por la poesía. Por quienes nos ha arrebatado el cáncer. Por haber fracasado mejor y por los éxitos. Por los días en que nos unimos y afloró la solidaridad. Por la tumba que todavía le debemos a Lorca. Por la religión del esfuerzo. Por las vacaciones del Rey emérito a gastos pagados. Por las mentiras piadosas y los nudos en la garganta. Por dejar de lado la autodestrucción. Por escuchar las historias del abuelo una vez más. Por 50.000 vidas arrebatadas por un virus y 50.000 motivos por los que apoyar a la ciencia. Por la salud. Por quienes han llegado al mundo en medio de este caos. Por la toxicidad fuera. Por querer. Porque sí.
Por la gachamiga que no compartimos el 1 de mayo. Por los 4 millones de mujeres españolas que han sufrido violencia machista en 2020. Por cuando no nos conformamos. Por otro año en LEB Oro. Por las utopías y lo que avanzamos persiguiéndolas. Por las veces que sufrimos por nada. Por el mal perder de Trump y las revueltas contra el racismo. Por los mejores momentos, que todavía están por llegar. Por los viajes que no hemos hecho y lo que echamos de menos los conciertos. Por los gritos de revolución. Por lo que nos queda. Por las almendras de Fernando Simón. Por los ERTES y por los negocios cerrados. Por las restricciones que odiamos y nos salvan. Por mí y por todos mis compañeros. Por seguir leyéndonos. Por 2021. Por lo que ustedes quieran: Brindemos.
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