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01/05/2024

El periódico digital de Almansa

José Antonio Ibáñez, el profesor que inspira trayectorias y edifica autoestimas

Charlamos con una persona multidisciplinar, querida por toda la ciudad y cuya historia refleja la importancia de la formación, la confianza en uno mismo y el valor de recorrer tu propia senda
jose antonio ibáñez almansa

Jose Antonio Ibáñez (Almansa, 1975). Almanseño de pura cepa. Nació y creció en la calle Gardenia, junto al parque de los Coloma y, cómo no, su familia se dedicó al calzado, siendo zapatera desde que recuerda. Con el paso de los años, Jose Antonio comenzó a desarrollar sus inquietudes y tomó el estudio y la formación como pilar fundamental para su desarrollo vital. Desde estudiar informática en FP a dirigir el Centro de Educación de Personas Adultas, todo ello pasando por diferentes etapas de innovación, éxito y todo ello sin escatimar en esfuerzos, siendo así un espejo donde mirarse para alcanzar los proyectos que uno mismo se establece.  

En líneas generales, nuestro protagonista de hoy es una persona muy querida por toda la ciudad. Muchas personas me decían: «¡Tienes que entrevistarle!», con la premisa de que su historia me encantaría a mí y a los lectores de La Tinta. Pues bien, todos esos consejos no estaban desacertados, hoy charlamos con José Antonio Ibáñez, conocemos su historia y disfrutamos con su trayectoria. 

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Cuéntame cómo empezaste ¿Dónde fue el principio de José Antonio Ibáñez, cómo fue tu infancia?

Yo soy almanseño de pura cepa. Nací en 1975 y crecí en la calle Gardenia y en el Parque de los Coloma y mi familia es zapatera típica almanseña. Mi padre trabajaba en Sancho Abarca y mi madre en Igmapa, que ahora es Pertini, y sacaban faena en casa. En la familia éramos cinco y tengo dos hermanos más, Evelio y Mari Carmen, yo soy el pequeño. Entonces en casa estábamos todos ayudando en el calzado, mi padre cortaba, mi madre cosía a máquina y allí estábamos todos implicados. En 1985 nos cambiamos de domicilio a una casa en la Calle San Cristóbal, y ahí he vivido la mayor parte de mi adolescencia, mi juventud y hasta que me independicé. En cuanto a formación, estudié en el colegio Duque de Alba y a la hora de decidir entre bachillerato o formación profesional opté por la segunda, en el instituto Escultor José Luis Sánchez. Hice dos años de administrativo y vi que la informática me apasionaba, así que estudié los tres años del FP superior “Técnico especialista” de la especialidad Informática de Gestión.

jose antonio ibáñez almansa

Serías pionero en estudiar informática, porque estamos hablando de los años 90

Correcto, yo terminé el ciclo formativo en el curso 93-94 y a raíz de un amigo que iba a estudiar informática, decidí. En principio quería trabajar pero dije «pues también me gustaría intentarlo». Así que me animé y en ese año 1994 empecé la Ingeniería Técnica de Informática de Sistemas en la Universidad Politécnica de Albacete, que además había nacido como un año antes. Y al nacer una nueva universidad, la fama se la gana poniendo unos niveles exigentes. Mi primer año allí fue muy duro, el primer cuatrimestre no aprobé ninguna y no es que no estudiase, sí estudiaba y mucho. Pero ¡uff! [niega con la cabeza y sonriendo con sentimiento de nostalgia], era impresionante. En el segundo cuatrimestre ya aprobé dos de seis. Y en los siguientes años mi cuerpo y mente se habituaron a ese ritmo de trabajo y al final conseguí terminar la ingeniería técnica en cuatro años.

Nada más terminar me puse a trabajar en Almansa, en el Centro de Enseñanza Programada (CEP) y un año después, en 1999 di el salto a una empresa en Murcia (Sinergia Tecnológica), donde programaba bases de datos y páginas web dentro de un equipo de proyecto. No pagaban mucho por el enorme trabajo realizado pero te daban pronto responsabilidades y eso me sirvió para aprender rápidamente. Estando allí, al poco me salió otro trabajo en Yecla en la empresa “GRANFORT”, una gran empresa de sofás que ya ha dejado de existir. Estuve solo seis meses porque en ese momento se vivió el boom de la informática, cada mes salían nuevas ofertas de trabajo donde te ofrecían más dinero y mejores condiciones. 

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¿Cuales eran las necesidades tecnológicas que tenía entonces esa empresa?

Necesitaban mucho soporte de bases de datos y programación. En los sofás tenían una cantidad enorme de productos y todos tenían que estar perfectamente almacenados en la base de datos, y luego debían existir otros programas que relacionasen esos datos para facilitar la vida a productores y comerciales. Y estando allí me surgió otra empresa de trabajo, para Magnanni aquí en Almansa, y me presenté ya llegado el año 2000. Era para ingeniero de producción y yo les dije que no tenía mucha idea de calzado porque lo mío eran los datos y la informática, pero les gustó mi perfil de analista.

No sabías mucho de calzado pero lo habías mamado desde bien pequeño en casa…

Sí bueno, pero no de trabajarlo yo mismo. En Magnanni estuve seis meses y esa falta de formación inicial en el sector me hizo mella. Además trabajaba muchas horas y a un ritmo altísimo. No me llenaba y a los seis meses decidimos de mutuo acuerdo cortar la relación con la empresa. En ese momento tenía un año de paro y ahí fue cuando el mismo amigo que me animó a estudiar la carrera me dijo que tenía claro que se iba a preparar las oposiciones para profesor de informática. Me gustó la opción y decidí estudiar la oposición en una academia. En junio de 2002 me presenté y las aprobé con plaza. Tuve la suerte de que mi primer trabajo como profesor ya fue como funcionario. Esto fue gracias a que llevaba bien preparados 60 temas de 75.

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Con sus padres

¿Dónde fue tu primera plaza como profesor?

Mi año de prácticas fue en Villanueva de los Infantes en Ciudad-Real, pegado a Valdepeñas y estuve muy bien. Allí fui como profesor de matemáticas y di muy poquito de informática, pero estaba bien preparado por la carrera y además es raro el informático al que no le gustan las matemáticas. Acabé el año y los tres años siguientes estuve en Puertollano donde sí di informática a ciclos formativos de grado superior. Posteriormente, en 2003 me casé con mi mujer, Margarita, que es Jefa de Estudios y  maestra de inglés en el colegio Esclavas de María. Entonces claro, yo estando en Puertollano, solo nos veíamos los fines de semana y en esa situación necesitaba acercarme más a Almansa para estar cerca de ella.

Junto a su mujer

Yo estaba afiliado al sindicato de profesores ANPE en Albacete y les explicaba mi desesperada situación con el objetivo de acercarme a Almansa. Los profesores de informática estábamos en un escenario complicado que se llamaba “expectativa de destino”, sin destino definitivo y en un limbo porque salían pocas plazas de la materia. Ya en 2006 el sindicato me propuso una liberación sindical para trabajar con ellos desde Albacete. Eso me permitía vivir en Almansa y moverme al trabajo todos los días, y así empecé con esa labor que me apasionó.

Llegado 2009 me dieron mi primer destino definitivo, y fue aquí en Almansa, en el CEPA Castillo de Almansa, el centro de adultos. Pero no entré en ese momento a trabajar en el centro porque tenía proyectos sin finalizar en el sindicato, y continué con ellos hasta 2012. Fue ese año cuando Mª Dolores de Cospedal en el Gobierno de Castilla-La Mancha dio un hachazo brutal a los liberados sindicales, igual que hizo con todos los centros de profesores y recursos de la región. En ANPE Albacete muchos tenían que volver al centro donde tenían la plaza y yo, teniendo mi centro en Almansa no iba a permitir que compañeros que tenían que irse a dos o tres horas perdieran su liberación en el sindicato. Ante la situación de elegir a qué personas se van, volví a Almansa al CEPA.

También tengo que decir que 2009 fue el mejor año de mi vida, como he dicho anteriormente me dieron destino definitivo en Almansa, pero lo más importante de todo es que nació mi hijo José Antonio y como comprenderás no pude ser más feliz, fue un niño muy deseado que vino a llenar nuestras vidas de una inmensa alegría, conseguí acercarme al pueblo que me vio nacer y formaría una gran familia junto a Margarita y mi hijo.

¿Dónde estaba el CEPA en 2012?

Estábamos en la Calle Hellín, enfrente de la residencia de mayores El Castillo, lo que ahora es el centro de asociaciones. Era un centro pequeñísimo para la cantidad de alumnos que manejamos, por las tardes teníamos que ir al colegio Principe de Asturias porque no habían aulas suficientes, las que habían eran pequeñas, en la sala de profesores no cabíamos seis personas… Yo venía de siete años de sindicato y quieras que no tienes un conocimiento, sabes que tecla tocar y a quien llamar. Entonces estaban José María de secretario, Tecla de directora y de jefa de estudios Ana Vizcaíno. Les dije «aquí hay que presionar al delegado provincial y mover cielo y tierra». Había que salir de allí. Tuvimos reuniones con el delegado y, al quedarse libre el edificio actual donde está el CEPA (antiguo centro de profesores y recursos) en septiembre 2013 nos cambiamos.

Ya has cumplido una década en el CEPA. Durante esta época se han visto cambios en el centro

A los dos años de estar aquí me planteé presentar proyecto de dirección, pero me faltaban años de experiencia en CEPA’s como requisito. Hacía falta 5 años de experiencia efectiva en centro de adultos. A Tecla, la antigua directora, le dieron destino en Montealegre y ahí consideré la posibilidad de meterme en el equipo de dirección de José María que se postulaba entonces. Él lo vio con agrado al ser yo informático, con bagaje sindical y con contactos. Y ahí estuve ocho años mano a mano con él. Hemos conectado de una forma espectacular, hemos sido un buen tándem y se ha notado la evolución en el centro de adultos. He aprendido mucho a su lado, y cuando se jubiló hace un año pensé que por fin era el momento de presentarme a la dirección con todos los requisitos, experiencia, ganas y formando un buen equipo. Me he rodeado de Guadalupe Blanca como jefa de estudios y Ana Rodríguez como secretaria y puedo decir sin temor a equivocarme que he acertado con mi equipo. No podía haber elegido a dos personas más comprometidas para desarrollar nuestro ambicioso proyecto de dirección.

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Con Jose María, director saliente del CEPA

¿Cual crees que ha sido el avance clave a nivel académico durante estos años?

Tomamos la decisión de impartir en el CEPA el ciclo formativo de grado medio de Sistemas Microinformáticos y Redes, que no estaba en Almansa. El Escultor no se decidía a tenerlo por problemas de espacio y empezamos a albergarlo nosotros en oferta modular ya que no podíamos tenerlo de forma completa. Eso nos ha venido muy bien a nivel de alumnado pues hemos dado titulados de informática que es un sector con 0% de tasa de desempleo, pero también a nivel de centro porque lo hemos utilizado como un centro de reparación de ordenadores. Y luego a nivel académico también hemos participado en programas de garantía juvenil con fondos europeos con los que se ha comprado material para el centro, adaptado espacios en condiciones mejorables y la posibilidad de una compensación económica al alumnado por  cursar y superar las enseñanzas. Estamos muy pendientes de todos estos programas de fondos europeos, pero también en los de proyectos Erasmus+ y queremos movilizar al alumnado a hacerlos, a pesar de que tenga más obligaciones familiares, ocupaciones y responsabilidades.

¿Hubo algún paréntesis en esta época para ti como profesional fuera del CEPA?

Yo he estado siempre activo en el CEPA, mi profesión siempre ha sido la docencia y el parón lo tuve solo con el tema sindical. Pero más allá, hace seis años un amigo me planteó la posibilidad de meterme en política con Ciudadanos. De primeras no era algo que yo llevara en mente, pero el partido en esos inicios me gustaba, un partido nuevo, fresco, liberal y europeo que venía a acabar con la corrupción. También me gustaba el líder Albert Rivera. Entonces, esta persona que me lo propone me pone en contacto con Alfredo Calatayud y los tres empezamos a hablar. Alfredo estaba dubitativo pero después de estar muchos años en política local es algo que llevaba en vena. Finalmente tomamos la decisión, Ciudadanos era un partido con el que nos identificábamos y con ellos nos ponemos a trabajar hace seis años y a reunirnos con gente en la Casa de Cultura mientras eso tomaba forma.

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Con Alfredo Calatayud en una rueda de prensa de Ciudadanos Almansa

Alfredo y yo trabajamos muy cohesionados, él de número 1 por su experiencia y yo como número 2 aprendiendo a su lado. Me gustó mucho esa etapa política, aunque sí reconozco que tras los espectaculares resultados de Ciudadanos en las elecciones generales de abril de 2019, teníamos expectativa de conseguir 3 concejales como mínimo en las municipales. Nos llevamos una decepción muy grande al sacar sólo 714 votos y un concejal. Luego, todo giró en el último momento en la mesa del Teatro Regio y ese único concejal se convirtió en llave de Gobierno. Eso permitió que Alfredo fuese vicealcalde y tuviese dos concejalías y que yo fuera el presidente de Sapres.

¿Cómo ha sido tu experiencia desde dentro de Sapres?

Desde Sapres me ha gustado ver todo el tema empresarial, de zonas y áreas industriales, y todos los congresos a los que he ido con Pedro García Fito, director de Sapres. En muchos de estos congresos se nos han puesto los dientes largos porque en algunas Comunidades Autónomas están muy avanzados el tema de áreas industriales. En Comunidad Valenciana por ejemplo hay una ley que desarrolla estas áreas y les aporta importantes subvenciones económicas para mejorar los polígonos espectaculares. Eso en Castilla-La Mancha no lo tenemos, aunque se está trabajando para conseguirlo y se ha creado la Agrupación de Áreas Industriales de C-LM (Zincaman) con el objetivo de tener fuerza con el Gobierno regional para desarrollar esa Ley de Áreas Industriales que nos permita tener acceso a subvenciones y poder acometer las mejoras necesarias. Ahora en los polígonos se depende mucho del altruismo del Ayuntamiento o de la fe de la propia empresa, pero no hay un ente o una regulación normativa que arregle calles directamente si surge la necesidad.

A pesar de las circunstancias esta etapa de Sapres parece que ha sido buena: ¿se ha vendido todo el suelo industrial?

Al comenzar nos quedaba por vender suelo en la fase 4 y una pequeña parte en la fase 3 que ya vendimos. Entonces en la fase 4 está Basor, que ocupa un terreno espectacular; Magnanni, que también ha ocupado un área muy grande y tiene en mente un macroproyecto de re-localización. Nos quedan navecitas pequeñas por vender en esta última fase pero el grueso del suelo del polígono sí está vendido. La última empresa que ha venido es Venair, que hace tubos de PVC para uso industrial. Actualmente tiene entre 30 y 35 trabajadores pero su previsión es llegar a más de 100, por lo que también ha comprado una parcela muy grande. 

En términos de Ciudadanos: ¿Buen sabor de boca a pesar del final de etapa? ¿El trabajo se ha desarrollado con éxito?

Alfredo ha trabajado muy bien. Se puede ver en el desarrollo del castillo de Almansa y la cantidad de visitas que tiene. Ahí hay un trabajo capitaneado por él que ha sido espectacular. El mercado municipal también ha tenido importantes cambios, con más o menos detractores, pero lo que no se puede decir es que haya habido inmovilismo por parte de sus concejalías. Y en mi parte de Sapres hemos tenido muchas reuniones con consultorías y empresarios. Almansa es un punto muy atractivo, cruce de caminos muy cerca del puerto de Valencia, de Murcia, Alicante y Albacete. Es una posición muy buena para las empresas. En Valencia que nos piden mucho terreno, 100.000 o 150.000 metros cuadrados de un terreno que no tenemos. Tenemos que desarrollar planes urbanísticos, y actualmente es increíble lo despacio que va el desarrollo del nuevo Plan de Ordenación Municipal (POM). Ahí sí te queda un sabor agrio como de impotencia. 

El trabajo que viene en los años próximos en Sapres es articular, capitanear y desarrollar más suelo industrial, en la zona del Saladar. Ahí tenemos un terreno alucinante y la salida para mercancías es espectacular para enganchar con la Autovía a Alicante. Entonces, la línea a seguir para desarrollar la quinta fase del Polígono en Almansa va por ahí. Somos una ciudad muy atractiva para las empresas pero tenemos que desarrollar más planes que nos permitan conseguir suelo. 

¿Te ves de nuevo en política después de esta etapa?

Nunca puedes decir que no. Ahora mi gran objetivo es ser un buen director del centro de adultos y que se note mi mano. Ahora nos viene una subvención a los centros y vamos a comprar ordenadores, mejorar algunas aulas… La fisioterapeuta ahora va a ser itinerante por los distintos colegios según nos han contado, entonces el aula de abajo donde estaba esperemos poder usarla para evitar que nuestro alumnado mayor tenga que subir y bajar escaleras, cuestión que supone un gran problema de movilidad para ellos. Allí vamos a hacer un aula de «emprendimiento» en la cual vamos a tener mesas redondas compuestas a partir de otras mesas más pequeñitas y que nos van a permitir tener un dibujo del aula diferente cada semana. Las mesitas tienen ruedas y cada semana se puede configurar el aula de forma distinta para que parezca diferente. También vamos a tener espacios para pensar… Vamos a hacer un aula del futuro, queremos ser un referente formativo.

Hace poco tuvimos la jornada de cálculo mental en la Casa del Festero y fue un exitazo con 90 personas, no había una silla libre y tuve que colgar dos semanas antes el cartel de que no quedaban más entradas. Queremos que nos conozca toda la ciudadanía de Almansa y de la comarca, que pierdan el miedo al centro de adultos, que sepan que los vamos a tratar muy bien. Y que la formación es clave para todo, a nivel personal, a nivel de mejorar en la profesión que se tenga, a nivel de encontrar un empleo… Si algo nos ha enseñado la pandemia es que no hay nada seguro y que no podemos estar en nuestro área de comfort en la cual pensamos que esto va a ser así toda la vida. Por lo tanto, si mejoramos nuestra formación más oportunidades tendremos en la vida.

¿Qué te gusta realizar en un tiempo libre?

Afortunadamente tengo muchas cuestiones que me interesan mucho y me mantienen ocupado. Disfruto mucho juntándome con mis amigos de toda la vida para ver partidos de fútbol aunque seamos de equipos distintos. Soy un cinéfilo empedernido, me agrada enormemente con la lectura y en este último año he descubierto otra pasión que tenía escondida y sabía que en algún momento debía salir, me refiero al baile, concretamente a salsa y bachata, mi mujer y yo estamos aprendiendo estas disciplinas en la academia de baile ABSA y estamos encantados. Para mantenerme en forma voy al gimnasio T-Training todos los días, a primera hora de la mañana antes de ir a trabajar, de esa forma estoy totalmente activado para afrontar el día con garantías.

Pero tengo que decirte que la pasión que está por encima de todas es el running, pertenezco al grupo de corredores local ASYC (Almansa Sendas y Caminos) y salimos a correr 3 veces por semana, terminando el sábado en su correspondiente almuerzo, me encanta la libertad que me proporciona el running y cuando estoy con mis amigos se me olvidan todos los problemas, he estado parado una temporada por mi maltrecha rodilla pero ahora me ha dado una tregua.

En la graduación del 2022 en el CEPA, uno de vuestros alumnos de ya avanzada edad fue el ganador del concurso de redacciones que se hace en el centro. Me pareció conmovedor ver cómo leía delante de todos y cómo se ponía en la situación de «¿qué pensaría mi madre al ver que con el paso de los años he podido estudiar inglés, leer libros y aprender tantas cosas…?» ¿Qué es lo que más te emociona a ti de este trabajo?

Lo que más me emociona al trabajar con adultos es ver la transformación de cómo vienen la primera semana con sus miedos, nervios y con la creencia de que no van a poder conseguirlo. Aquí tenemos un problema muy grande de autoestima y eso a las dos semanas ha cambiado porque ven que el profesorado les ayuda y porque hacen equipo con los compañeros. A los dos meses ya están a por todas pensando «yo puedo conseguir esto», y a los cuatro meses o han titulado o han avanzado de curso. Y cuando titulan la mayor satisfacción para nosotros es que nuestros alumnos digan «me ha encantado, habéis despertado algo en mí y voy a seguir estudiando». Tenemos personas con 50 años que han acabado la educación secundaria con nosotros y han seguido haciendo un grado medio o han accedido a grado superior. Personas que se veían incapaces de estudiar y cuando terminan con nosotros siguen formándose, siguen creciendo, son más felices. Esa es la mayor satisfacción a nivel docente.

Jose Antonio Ibáñez con su hijo

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