01/11/2024

El periódico digital de Almansa

La historia de la Feria de Almansa: desde el inédito privilegio del año 1382 hasta nuestros días

Entre la diversa documentación del siglo XVI ha aparecido un traslado (copia) del privilegio de Feria del año 1382, hasta ahora perdido y que hoy hacemos público
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Hablemos de la historia de la Feria de Almansa. Las primeras noticias sobre una Feria permanente en nuestra ciudad se remontan al 12 de septiembre de 1382. Aquel día, el rey Juan I de Castilla concedía a Almansa un privilegio de quince días de feria, la cual abarcaría el día de todos los santos y sus siete días previos y posteriores: es decir, del 25 de octubre al 8 de noviembre. Leyenda de la foto principal: Quiosco del jardín de la Glorieta hacia 1910. En la parte inferior se servían bebidas, mientras que en el cuerpo superior actuaba la Banda de música municipal. “Almansa. Imágenes de un pasado. (1870 – 1936).” Instituto de Estudios Albacetenses, 1985.

Tal concesión fue promovida por don Alfonso de Aragón, I marqués de Villena, para fomentar el desarrollo económico de su marquesado. A partir de este momento, llegarían a Almansa comerciantes de muy diversos lugares con sus variadas mercancías, conformando un espectáculo de productos, colores y olores

Una aparición de gran valor

Afortunadamente y de manera inesperada, entre la diversa documentación del siglo XVI ha aparecido un traslado (copia) de dicho privilegio de Feria, hasta ahora perdido. A continuación, se ofrece un fragmento del mismo:

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            “Sepan quantos esta carta vieren como nos don Juan por la graçia de Dios rey de Castilla, […]como el marques de Villena meo pariente e meo vasallo e meo condestable nos a dicho e suplicado que seria nuestro serviçio e pro e poblamiento de la su villa de Almansa la qual es en los meos reynos de Castilla y en el puerto de Aragon que en la dicha villa de Almansa oviese feria una vez en el año, […] otorgamos la dicha feria a la dicha villa de Almansa para syenpre jamas

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Primera página del traslado del privilegio de la Feria otorgado por el rey Juan I de Castilla

¿Cómo era la Feria hace siete siglos?

Conocemos algunas características de esta primitiva Feria gracias a las Ordenanzas de las villas del marquesado de Villena, otorgadas por el marqués don Alfonso de Aragón el 6 de abril de 1380, cuando se reunió en Almansa con los representantes de las distintas localidades del marquesado para establecer unas ordenanzas comunes que regulasen los derechos y tasas de todas las ferias que se celebrasen en el marquesado.

Además de las actividades propias de una feria, tenían lugar otras como juegos y apuestas en el “tablero” o mesa de juegos (dados y naipes), sujeta al impuesto del almojarifazgo, que llenaba el bolsillo del marqués. Existían además timbas ilegales en algunas casas privadas, que no pagaban impuestos y provocaban altercados por su alejamiento de los agentes de la autoridad.

feria en el 1400
Representación artística de una feria en el 1400, época: Bajo Medievo.

Para hacerlas desaparecer, se multaba con seiscientos maravedís a cada jugador y al dueño de la casa donde tuviese lugar la partida (o el doble si era una partida nocturna).

Sin embargo, con el paso del tiempo esta feria bajomedieval fue en decadencia, y a principios del siglo XVI ya no se celebraba. En 1529, los miércoles eran día de mercado franco y los comerciantes no pagaban impuestos por su actividad. Al acabar la jornada, algunos continuaban en la villa durante un tiempo, y lógicamente entonces sí pagaban las tasas e impuestos correspondientes. Ante esta situación el concejo, que custodiaba el pergamino con el privilegio de Feria original, sugirió a los mercaderes la posibilidad de recuperarla: “hazer quince dias de feria en esta villa conforme al previlegio questa villa tiene”

El restablecimiento de la Feria se hizo efectivo el 18 de enero de 1551 y, en 1576, el rey Felipe II confirmó el privilegio original de los quince días feriados.

Tras la guerra: una nueva feria en el santuario

Tras la Batalla de Almansa, y como agradecimiento a los almanseños por sus esfuerzos y sinsabores, Felipe V confirmó en septiembre de 1707 el privilegio de los quince días de feria franca.

A partir de entonces, la feria almanseña comenzaría el 25 de abril, día en que tuvo lugar la Batalla. La localización sería la plaza de santa María, mientras que el 5 de mayo se trasladaría a la ermita de Belén para celebrar allí el día 6 la tradicional festividad de la Virgen.

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Obelisco conmemorativo de la Batalla de Almansa. Grabado de J. D. Harding, 1823

El 21 de abril de 1761, Carlos III transfería los quince días de feria al 20 de agosto, día de san Bernardo, y posteriores. La razón del cambio era puramente económica, pues al ser la nueva fecha posterior a la siega, los campesinos contarían con más dinero para gastar.

El lugar de celebración pasaba a ser íntegramente el paraje de Belén, lo que supuso el acondicionamiento del lugar para acoger durante varios días a una gran muchedumbre de comerciantes, mercancías y clientes. Fue entonces cuando se realizaron las obras que dotaron al santuario de su morfología actual.

Fue tan grande el auge de la Feria en el reformado santuario que el concejo almanseño se planteó mover el día de la Virgen desde el 6 de mayo al 1 de septiembre para celebrarlo en Belén, durante la Feria. Esta idea no se llegó a llevar a cabo.

La Feria permaneció poco tiempo en el santuario. En 1785 fue trasladada de nuevo a la ciudad, y su duración se redujo a tan solo tres días, alegándose para este cambio la lejanía entre Almansa y el santuario, las incomodidades, y los peligros para la moral pública derivados de la convivencia entre hombres y mujeres durante varios días al raso.

La feria que dio a luz a la lonja

La feria de ganado se instaló en los ejidos de san Roque, y la de mercaderías en el entorno de la plaza de san José (hoy de la Constitución), lo que motivó en el año 1800 la construcción de una lonja para proteger a los mercaderes y sus mercancías, hoy “Ayuntamiento viejo”.

Ambas ferias permanecieron en dichos lugares hasta 1881 cuando, debido al poco espacio existente, se trasladó a la plaza de san Francisco (después jardín de la Glorieta), y se ampliaron los días feriados a siete, del 28/08 al 3/09. La Feria pasó entonces por momentos de gran auge debido al número y calidad de los restaurantes y mercancías presentes, además reunidos en un recinto ferial cerrado.

El último siglo de la Feria de Almansa

Tras el final de la Guerra Civil, en las décadas de 1940 y 50, el recinto ferial del jardín de la Glorieta cobró de nuevo gran importancia, gracias a los espectáculos promovidos por los teatros Regio y Coliseum, con actuaciones de la Orquesta Regio, entre otras.

En 1975 tuvo lugar la última feria de estas características, debido a la transformación del jardín en el actual parque de los Reyes católicos. Al calor de la incipiente democracia, surgieron numerosas casetas promovidas por asociaciones locales, partidos políticos y grupos festeros, que proporcionaban bocadillos y refrescos.

Por último, en el año 2006 se trasladó al nuevo recinto ferial, dando lugar a la Feria que conocemos hoy en día.

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