El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, avanzó ayer que su Consejo de Gobierno prepara para el jueves de la próxima semana su estrategia sanitaria, una vez decaiga el estado de alarma el próximo día 9 de mayo. El objetivo, según el máximo dirigente del Gobierno Autonómico, será empezar a acometer la desescalada de medidas restrictivas. Unos planes que se basarán en «aligerar (y mucho) las restricciones y limitaciones», sin «ir más allá» de lo que permita el Estado y, en todo caso, «sin ir de 0 a 100, de negro a blanco, del todo a la nada», matizó.
Durante un acto público que ha servido para rubricar un nuevo Plan Extraordinario por el Empleo, en armonía con las diputaciones provinciales, García-Page apuntó que el documento servirá para determinar «hasta dónde se podrá llegar de cara a la última fase para acabar con el virus».
El Consejo de Gobierno se reunirá el jueves, 6 de mayo, de forma extraordinaria, para estudiar qué medidas podría aplicar más allá del 9 de mayo. El ejecutivo regional es partidario de ir eliminando las medidas restrictivas siempre y cuando los datos lo permitan.
Si bien el consejero de Sanidad, Jesús Fernández, ya ha dicho en repetidas ocasiones que no es partidario de levantar el cierre perimetral, y ha insistido en que todo depende de lo que diga el Gobierno central. «Estamos muy expectantes a ver qué dice el Gobierno central en los siguientes días», indicó el consejero anteayer, y precisó que en función a esas decisiones «tendremos que actuar las diferentes comunidades».
La región ya ha relajado restricciones y las actuales comprenden cierre perimetral regional , toque de queda de 12:00 de la noche a 6:00 de la mañana con el cierre de la hostelería a las 11:00 horas.
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