«Memorias de Guerra: escritos y vivencias en el Frente de Córdoba»
es una historia desgarradora, brutal y aleccionadora de un humilde vecino de Almansa. Una experiencia intensa y dolorosa que lleva las pulsaciones del lector al límite. Al acabar el libro queda una sensación impactante en el pecho. Puedes llorar de la emoción, de la rabia o del dolor, pero sobre todo, una vez leída esta obra valoras lo verdaderamente importante.
Hablamos de la historia de Antonio Sánchez Gutiérrez, un almanseño inmortal desde ahora que con su ejemplo, convicción y amor por sus amigos sirve como faro en la niebla en tiempos donde el odio, la envidia y la insolidaridad toman fuerza en los parlamentos supuestamente democráticos.
«Memorias de Guerra», una obra de enorme trabajo
Esta es la historia de un yayo de Almansa y de un nieto (Jose Antonio Gómez Sánchez) que ha conseguido, sin querer o queriendo, hacerlo inmortal. Nuestro protagonista, Antonio, nació en Almansa y por convicción ideológica estuvo en el frente de Córdoba como camillero. Volvió por su propio pie una vez terminada la guerra y, como otros tantos de su generación, vivió como pudo en una época de represión y hambrunas. Este hombre escribió (como pudo) a puño y letra sus memorias y vivencias de guerra. Muchos años después se las mostró a su joven y preadolescente primer nieto (autor del libro) y aunque en ese momento no le dio la importancia que merecía, con el paso del tiempo decidió hacer de esos apuntes una obra inspiradora.
Lo que comenzó con una transcripción, terminó con un tremendo trabajo de documentación y un emocionante viaje tras las huellas de su abuelo, en el que el mayor premio recogido ha sido su legado y ejemplo como convicción ideológica y en defensa de derechos humanos así como la amabilidad, alegría y aporte desinteresado de todas las personas anónimas que se encontró por el camino.
Un libro desgarrador, sin duda alguna, la mejor recomendación de lo que llevamos de 2024.
Cercanía y sencillez
Desde el comienzo, destaca la cercanía con la que están escritas las memorias. Sin intención palpable en sus términos, Antonio te hace empatizar desde el segundo uno, cuando narra su partida desde un tren en Almansa.
Puedes vivir en tu piel los momentos previos a la guerra, valorando lo verdaderamente importante: el amor, los seres queridos, la paz… Todo ello con una sencillez de expresión que te retuerce hasta el tuétano al recordar la barbarie del conflicto bélico. Solo llevas leídas unas cuantas frases, pero ya percibes que la lectura de este libro va a ser una experiencia brutal.
Es precioso experimentar cómo comprendes, con las palabras de Antonio, que hay más valor y poder de unión en un buen plato de gazpachos manchegos en una mesa con compañeros que en mil discursos de líderes políticos o que el cariño de un animal es la mayor resplandeciente luz en la más profunda oscuridad.
Crudeza impactante
Balas por todos lados, traiciones de capitanes, marchas fúnebres pero cargadas de valentía hacia la lucha en el frente… Todo eso y más se vive en esta magnífica historia, real como el aire que respiras, en tan sólo las primeras páginas del libro. Ni el mejor bestseller del más refinado autor puede alcanzar la emoción que destila esta historia, quebrantadora para el que empatiza con sus ideales y brillante para cualquier amante de la historia de España.
Las vivencias que tuvo que sufrir Antonio reflejan el horror de la guerra, que no siempre es sangre y muerte, sino también comer del suelo, vivir los últimos momentos con un amigo sin saber que lo son, echar de menos una manta o ver la marcha de tu mujer y tu madre en un triste tren desconociendo si las volverás a ver.
Conforme avanzas en la historia, esta se vuelve más terrorífica. No puedes dejar de sufrir junto a su protagonista. Te emocionas, te atemorizas y lloras junto a él. El dolor de algunos episodios es indescriptible y solo Antonio lo pudo vivir. Sin duda alguna, hay momentos de la narración en los que deseas con todas tus fuerzas que termine la pesadilla.
Personalmente, no pude evitar las lágrimas al conocer el primer episodio de Hinojosa del Duque, donde la valentía y la honradez de este paisano del cual ahora me siento tremendamente orgulloso salvó la vida de muchos de sus compañeros. Frase que resume a la perfección todo lo vivido, entre tanta crudeza y horror: «La amistad era importante en mitad de aquel infierno».
La lección impagable de Antonio
Pero la lección final, querido lector, es otra. El libro «Memoria de Guerra: Escritos y vivencias del Frente de Córdoba» regala anécdotas para valorar la vida por encima de la muerte, el honor por encima del mejor postor, el respeto por encima de la supremacía.
En conclusión, lo más bonito de esta publicación, que también compartí con el autor, es que el almanseño Antonio Sánchez Gutiérrez, que no tenía un apellido de renombre en su ciudad, ahora es inmortal. Un ejemplo de valor incalculable, que defendió con honor y humildad las convicciones humanitarias y sociales que llevaba por vanguardia la izquierda española de principios de siglo.
«Si eres buen español, ten humanidad y comprensión. Y no odio, envidia ni fanfarrón», ese lema es el de Antonio y ahora lo será también para mí cada vez que recuerde esta trágica lucha de hermanos contra hermanos.
Memorias de Guerra, un éxito total dentro y fuera de Almansa
Tanto en su presentación inicial en Peñarroya e Hinojosa del Duque como en la que se realizó en la Casa de Cultura de Almansa, se vendieron casi a totalidad de los libros, pero todavía se pueden encontrar en Papelería Molina, Castillo, Sonia Libros y en Julián. Se tuvo que imprimir otra edición autoeditada, la primera fue financiada por la Diputación de Córdoba en su Delegación de Memoria Democrática, y todo apunta a que si se lanzara una tercera, también se vendería. La respuesta de la población ha sido excelente, acorde a la calidad de la obra sin duda. Ahora decenas de Casas de Cultura, institutos y bibliotecas tienen en sus estanterías la historia de Antonio.
Un trabajo de cuatro años de documentación, sumado a un exquisito diseño gráfico del propio autor que hacen que los recuerdos de Antonio vayan en volandas hacia lo más profundo del lector, un esfuerzo titánico y complejo acorde a la enorme calidad de la historia que se narra. Una combinación perfecta. Maravillosa. Inolvidable.
Un ejemplo colosal
Se me van acabando las palabras para definir esta increíble experiencia que he vivido con tan intensas memorias y no puedo hacer más que recomendar hasta el infinito adentrarse en ella. Es uno de esos libros que merecen la lectura, porque una vez terminada, el lector es mejor persona que al iniciarla.
Antonio Sánchez Gutiérrez es inmortal con la publicación de su nieto y creo que Almansa entera le debe respeto, honra y cariño. Con sus manos curó como pudo a tantos amigos que se pierde la cuenta. Un salvador, un humilde soldado, un auténtico defensor de los derechos humanos cuando ni siquiera se habían formalizado en papel.
Sin duda alguna: una figura ejemplar con la que inspirarse en tiempos de odio. Si él pudo sobreponerse a tanto dolor y terror por sus convicciones, cómo no vamos a seguir adelante ante cualquier adversidad. Qué alegría ha sido conocer su historia. Qué tremendo orgullo de compartir raíces y tierra querida con él. Nadie podrá borrar sus memorias. Por mucho que quieran lapidarla, nadie podrá hacerlo.
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